5. ¿MI ÁNGEL? 2/2

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    Ha pasado un mes desde la última vez que vi a Gabriel en mi habitación. Su ventana no volvió a abrirse desde ese día, los dolores de cabeza no volvieron más. Lo único que crece cada día es la intriga que siento por saber que significa todo lo que me dijo.
    Los días en escuela pasan normal, Eliot me ve con odio y desprecio por los pasillos y yo no puedo evitar mirarle con asco ¿Cómo pude fijarme en él? Es un completo desgraciado.
    Tamara es feliz con su nuevo novio y me siento feliz por ella, pero espero que no sea igual que Eliot y solo la esté utilizando.
   Me siento como un mal tercio entre ellos estos días, así que prefiero dejarlos solos y yo camino por la escuela sola, justo como el primer año. Salí con mi almuerzo al patio, donde mi mesa especial bajo un árbol estaba vacía como siempre, crep que todos saben que es para mí y nadie se acerca. No soy una extraña, ni un rara, tengo amigos, pero a veces prefiero estar sola y en paz, especialmente estos días que aún no entiendo lo que sucedió con mi vecino y sus misterios.
    Disfrutaba de mi almuerzo hasta que escuché a unas chicas hablar cerca de mí, justo a mis espaldas, así que me fue inevitable no escuchar lo que decían.
    –Los he visto llegar esta mañana, al parecer son hermanos o primos, no estoy muy segura– eran tres chicas que son conocidas por ser los ojos y oídos de la escuela.
    –He oído que viven en el área norte, viven todos juntos– ¿el área norte? Es donde yo vivo.
    –Yo estoy en la misma clase que uno de ellos, es tan guapo. No recuero muy bien su nombre, crep que era... ¿Gael? O ¿Gabriel? ¡Si! Su nombre es Gabriel– el escuchar ese nombre sentí un vacío en mi estómago, definitivamente se trata de él, no puedo creer que ahora estudie aquí. Me da terror encontrarlo y sentir lo que mismo de hace un mes.

    Me levanté de la mesa y me dirigí hacia dentro a buscar el baño. Caminé deprisa por los pasillos casi atropellando al que se me cruzara. Solo pensaba en que he querido verlos y hacerle muchas preguntas, pero a la vez me aterra hacerlo y ahora está aquí, en mi escuela y en cualquier momento podría encontrármelo.
    Llegué al baño con la respiración agitada, lavé mi rostro con agua para quitar el calor que sentía y de nuevo lo sentí... Ese dolor de cabeza intenso que tuve cuando...
    –¿Estás bien?– solté un pequeño grito al escuchar a alguien tras de mí, era él, con su único estilo de chaqueta negra, playera negra, jeans negros y sus botas igual de negras, parecía que iba a un funeral, tal vez el mío. Pero como dijo una de las chicas, definitivamente es muy guapo.
    –¿Qué... qué haces aquí?– el dolor de cabeza seguía ahí, pero ya no era tan intenso.
    No respondió a mí pregunta y se acercó a mí, por inercia di un paso atrás, pero los lavados no me dejaron continuar. Me sentía tan pequeña junto a él, con su gran altura y su manera de intimidar. Su mirada estaba clavada en mis ojos, aparté rápidamente mi vista hacia el suelo y su mano tomó mi mentón, era una caricia cálida y sentí como el dolor desaparecía poco a poco, hasta que se desvaneció totalmente.
    –¿Y estás mejor?– dio unos pasos hacia atrás para verme mejor.
    –¿Qué quieres de mí? ¿Cómo es que...?
    –Tranquila. No quiero nada de ti, solo estoy aquí porque así debe ser.
    –¡¿De qué hablas!? ¡No entiendo lo que me dices y quiero que me expliques! ¡Ahora!– suspiró frustrado y se cruzó de brazos.
    –Está bien, te explicaré. Pero no aquí, ven vamos.– tomó mi mano y se dirigió hacia la puerta.
    –¡No iré a ningún lado contigo!– intenté soltarme de su agarre.
   –¿Quieres que te explique o no? Solo iremos a dar una vuelta– abrió lapuerta dándome paso para salir, lo analicé un momento, pero la intriga pudomás.
    Salí por la puerta con él tras de mí, no había nadie en los pasillos lo cual me alivia un poco, no quiero que me vean con él saliendo de los baños de chicas.
    –Ven, iremos en mi auto– caminó por los pasillos hacia el estacionamiento, sin decir una palabra lo seguí.
    Nos montamos en su auto rumbo a quien sabe dónde. Ahora que lo pienso, estoy en auto con alguien que no conozco y que es posible que me mate.
    –No voy a hacerte nada malo– ¿acaso leyó mi mente?
    –No... no pensaba en eso, aunque espero que no lo hagas.
    –Puedo sentirlo, estás alerta y preocupada. Como cuando sientes que estás en peligro.
    –¿Puedes sentirlo? ¿Cómo es que puedes sentirlo?– no me dirigía la mirada, solo veía el camino muy concentrado y fue cuando me di cuenta que nos adentramos al sendero que dirige al lago del pueblo.
    –Ya entenderás lo que te digo.
No dijimos más durante el camino. Se desvió por otro sendero que no era por el que normalmente se llagaba al lago, incluso creo que jamás lo había notado antes. El bosque era muy diferente, era más denso, se ve que la gente no cruza por aquí muy seguido. Llegamos a donde parece que el sendero a terminado y aparcó el auto. Parece un buen lugar para deshacerse de mí y que nadie vuelva a verme.
    –Tranquila, no te haré nada, más bien mi deber es cuidarte– sin dejarme contestar, se bajó del auto y fue hacia mi puerta para que bajara.
    –¿A dónde me llevas?– comenzó a caminar entre el bosque subiendo hacia el cerro que teníamos en frente.
    Luego de incontables minutos y múltiples veces de casi rodar cuesta abajo, llegamos a la mitad del cerro. La vista era demasiado hermosa. Se veía el enorme lago con el azul del cielo reflejado en él y a unos cuantos kilómetros se asomaba. Era increíble.
    –Esto es... bellísimo. ¿Cómo es que nunca oí hablar de este lugar?– dije admirando todo mi alrededor.
    –Es una parte que la gente prefiere evitar por ciertas razones.– Se dirigió a un tronco que posiblemente haya caído hace muchísimos años y tomó asiento en él. Me vio esperando a que hiciera lo mismo.
    –¿Y cuales son las razones?– dije sentándome junto a él.
    –Historias. Una en especial.– escuchaba atenta lo que me decía– Hace muchos años, en este bosque, sucedió algo que muchos aún no entienden, incluyéndome. Los pobladores estaban divididos en el bien y el mal, algo muy normal ahora, pero en esos tiempos había demasiada maldad. Se creaban guerras civiles constantemente, destrucciones, asesinatos a inocentes y muchas cosas más. Hasta que un brujo o chaman, harto de todo lo que pasaba en este pueblo. Llegó justo a este bosque, en este cerro y se encargó de acabar con todo lo que sucedía y proteger a su gente y sus próximas generaciones. Los recién nacidos que fueran de una familia con sangre pura, con alguna clase de virtud y sin maldad en sus corazones, tendrían a alguien que los protegiera del mal que habita el mundo– cada cosa que me contaba de esa historia podía imaginarla sucediendo justo frente a mí, de lo concentrada que estaba no había notado que me veía fijamente.
    –¿Cómo que alguien que los protegiera?
    –Al nacer una de estas personas, justo en ese mismo día, en ese mismo instante, nacería un guardián, creando un vinculo entre ambos seres. Este cuidaría de la persona que tiene la virtud de crear paz y con los años los nombraron "Ángeles Guardianes" que aparecen en algún momento de sus vidas para cuidar de su persona virtuosa.
    –¿Ángeles guardines? ¿Eso es real?– pregunté incrédula de todo lo que me dijo.
    –Lo es. Pero, así como muchas personas creían en ello, había muchas más que les parecía un acto satánico. Por esa razón no podían andar por ahí mostrando sus dones.
    –¿Y cuáles eran esos dones?
    –Los guardianes tienen ciertos dones; sentir lo que sienta la persona que cuidan, sus emociones, sus miedos, tienen habilidades increíbles como fuerza sobre humana, velocidad. Así ningún humado normal podría dañarlos tan fácil. Y lo más importante es la conexión que hay entre ambos, lo que sienten cuando están juntos.
    –¿Qué es lo que sienten?– tenía demasiadas dudas, era una historia que claramente no es fácil de creer.
    –El guardián siente paz, su alma tranquila. La otra persona se siente segura obviamente, cómoda y ha habido casos que se ha vuelto... amor. Cuando sus mentes conectan, llega un momento en el que pueden escucharse entre sí, hablarse por los pensamientos– ¿Hablarse? ¿Fue lo que escuché en mi mente cuando lo conocí? No me lo creo.
    Sé que sabes lo que pasa
Salté asombrada de mi sitio al escuchar su voz en mi cabeza.
    –¡¿Cómo hiciste eso?!– me levanté del tronco espantada o aterrada, no sé como llamarlo. Esto empieza a asustarme.
    –Tu temor está activo, puedo sentirlo. No debes temer, confía en mí– dijo colocándose de pie frente a mí.
    –¿Cómo es que... puedo escucharte en mi mente?
    –Porque nuestras mentes están conectadas. Nora... yo soy tu guardián– seguramente mi boca casi cae al suelo de lo sorprendida que estaba por lo que acabo de escuchar, o tal vez escuché mal. –Todo lo que te conté es verdad, todo esto sucedió aquí, hace muchísimos años. Mis padres me mostraron a lo que estaba destinado a ser, no lo creía, hasta que me lo demostraron. Mi padre era un guardián y mi madre era una simple humana y... se enamoraron.
    –No. Todo lo que dices... suena irreal– estaba con mi mente a punto de explotar de tanta confusión.
    –Pero es real. Cuando mi momento de saber quien era la persona que debía cuidar había llegado, me mudé aquí. Parece que la conexión te guía hasta donde está esa persona y ... te encontré, un año antes de conocernos. Cuando tus padres... murieron.
    –¿Qué?– dije apenas en un susurro –No es posible.
    –Yo estuve ahí, Nora. En el accidente. Es la razón por la que estás viva– sentí como mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, recordar el accidente me destruye por completo.

ONE SHOTS +18 - By IsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora