ONE SHOTS +18 - By Isa

13. DIOS DEL INFRAMUNDO 5/5 (+18)

Perséfone

Salí de mi asombró cuando, Apolo me estaba levantando del suelo, luego del fuerte golpe que me dio mi madre por confesarle lo que siento por Hades.
    —¡Basta, Deméter! Tienes que aceptar que tu hija ya puede tomar sus propias decisiones — Apolo intentó hacer que mi madre entendiera que no volveré a seguir sus órdenes.
    —¡Tú no te metas, bastardo!
    Al ver la curvada espada de mi madre que iba directo hacia el pecho de Apolo, un poder que jamás había experimentado surgió de mí. Unas enormes raíces con espinas salieron desde el suelo rodeando a mi madre, impidiendo que se acercara a nosotros.
    —¡Corre! —fue lo único que pude decir.
    Mientras el carro avanzaba a toda velocidad con Cerbero guiándolo y con el dios del sol junto a mí, sujetándome fuerte para no caer, podía escuchar los furiosos gritos de mi madre y de cómo su espada cortaba la gruesas y fuertes raíces.
    —¡PERSÉFONE! —fue lo último que escuché antes de cruzar al Inframundo sin ver atrás.

    Debieron pasar unos minutos para recuperar la conciencia, me queda claro que, si ingresas al Inframundo aún con vida, colapsas. Apolo seguía a mi lado, pero inconsciente, como si durmiera plácidamente, me aterré al ver que su piel bronceada ahora era de un tono pálido y apagado, su brillante y rubio cabello ahora era marrón.
    —Apolo... Apolo— lo único que pasaba por mí mente era que, si Apolo muere, Hades también moriría— ¡Apolo, despierta! —ya estaba con los ojos llenos de lágrimas al darme cuenta que fracasé.
    —Insisto lo bien que se escucha mi nombre de tu boca —dijo un débil dios del sol que apenas mantenía sus ojos abiertos y solo pude lanzarme sobre él abrazándolo. Aún podemos salvarlo.

    El carro se detuvo de golpe, habíamos llegado al palacio.
    —¡Ven! Debemos ir con Hades— antes de que pudiera bajar del carro, Beatriz ya estaba frente a nosotros.
    —¿Por qué tardaron tanto? —los pelos se me pusieron de punta al ver sus manos con la sangre color plata de Hades.
    —¿Beatriz? —Apolo tenía la expresión de haber visto a un fantasma, aunque prácticamente sí lo es— ¿Qué haces aquí?
    —No es momento para hablar, debes salvarlo —lo tomó de la mano para llevarlo rápidamente dentro del palacio.

    Con el corazón en mis manos ingresé a la habitación de Hades, donde se encontraba sobre su enorme cama con sus ojos cerrados, su cabello y ropa hechos un lío, y no pude contener las lágrimas al ver su cuerpo y su rostro heridos.
    — Será mejor que salgas, Perséfone. Apolo sabe lo que hace, así que no debes preocuparte.
    Beatriz cerró las puertas y lo único que pude hacer fue sentarme en el suelo junto a la puerta, esperando a que me dejen entrar a verlo.

    Es increíble como hace no sé cuántos días, mi vida era tan diferente, siguiendo las estrictas reglas de mi madre, a la que jamás imaginé ver de la manera que la vi hace un rato, dispuesta a atacar y matar, con la furia brotando de sus ojos, su fuerte y estruendosa voz.
    Eso solo hizo que me diera cuenta que estar junto a mi madre solo me lleva a seruna inútil y sumisa esclava ante ella. Y puede que ella me diga que me haaislado de todo y de todos por protección, pero eso no sirvió para que prefiriera vivir en el mismísimo Hades, que otro día más junto a ella.
    Me he enamorado del dios del Inframundo, algo que jamás llegué a imaginar ni siquiera de chiste, pero ahora que estoy a su lado me doy cuenta lo bien que me hace sentir, el bien que nos hacemos el uno al otro, a pesar de que su manera de llamar mi atención fue la peor de todas, ahora me alegra que lo haya hecho. La humanidad tiene una perspectiva mala de él, todos lo tachan como un ser malvado, egoísta, asesino, temible y un sinfín de cosas más. Todas las historias que escuchaba de él, son completamente falsas, me atrevo a decir que ahora soy la única que en realidad conoce al verdadero Hades.
    Lo amo, y si debo permanecer el resto de la eternidad en el Hades para estar junto a él, sin problema alguno lo haré.