CAPITULO 13

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*Charlotte Walker*

Comencé a tener pesadillas luego de la pelea.

No se lo he dicho a nadie. Ni siquiera a Isaac.

Eran pesadillas que se sentían como garras afiladas y largas que se aferraban a mi cuello, y a mi cuerpo. Dejándome inmóvil. Sin la habilidad de gritar, de retorcerme para tratar de escapar. Sin poder buscar ayuda. Sin poder rogar por mi vida.

Me sentía sin vida mientras caminaba entre los pasillos de la escuela.

Guardo algunos libros en mi casillero, mis movimientos mecánicos y predeterminados. Mi mente se sentía cansada. Como si en cualquier momento fuera a apagarse. Mis ojos ardían, la falta de sueño secaba mis retinas.

Mi cabeza estaba llena de bloques de cemento mientras trataba de prestar atención a la clase. Los ruidos externos se habían vuelto borrones y sonidos que no tenía las fuerzas para detallar, cuando la campana sonó, abandoné el salón hacia la cafetería.

Me senté en una de las mesas, sin molestarme en buscar a Isaac. Las cosas estaban tensas, y ni siquiera sabía que era lo que lo tenía de esa manera.

No me importa demasiado si no le agrada Teresa. En mi perspectiva, ella nunca hizo nada demasiado horrible como para merecerse tal comportamiento. Odiaba que expresara ese odio hacia ella, pero algo dentro de mi decía que quizás había algo en el que no estaba bien del todo.

No quise pensar mucho en eso de todas maneras. Estaba demasiado cansada. Solo deseaba que este día se pasara lo más rápido posible, para poder volver a casa y colapsar sobre mi cama.

Mis ojos estaban pesados mientras formaba la línea para recoger mi almuerzo, y estuvieron definitivamente más pesados cuando me senté en una de las solitarias mesas del fondo, mientras revolvía mi comida.

Mi apetito variaba desde que todo paso, hace dos semanas. Habían veces en las que sentía que comer sin parar me haría sentir mejor y lo hacía, y otros días no podía comer simplemente recordando lo qué pasó. Mi garganta parecía cerrarse y aunque mi estómago ardiera por engullir algo, simplemente no podía hacerlo.

Respiro profundo y trato de llevarme un pequeño bocado a la boca.

Inesperadamente, el suelo comienza a templar.

Y luego se detiene.

Aprieto el tenedor que aún sostengo. El oxígeno que habitaba en mis pulmones se había desvanecido.

Todo estaba en silencio.

Los murmullos de la cafetería desaparecieron. Y ahora solo podía escuchar la vibración, solo podía sentir el suelo temblar y luego detenerse. Temblar, y luego detenerse.

Luego la vi.

La vi.

En el pasillo. Con su espalda ancha y curvada y me está mirando y el piso temblaba y se detenía y temblaba y se detenía. Mi corazón iba demasiado rápido en mi pecho, y sentí las lágrimas acumulándose en mis retinas. Me estaba viendo, me estaba viendo y estaba aterrorizada. Me acechaba en mis sueños, y a donde quiera que volteara estaba allí, parada, viéndome.

No podía respirar.

—¿Charlotte?

Alguien pregunto, a lo lejos. Su voz fue una atracción a la realidad, y voltee con violencia hacia adelante. Como si hubiese sido jalada con fuerza de un sueño profundo.

El rostro de Raven estaba frente a mi mesa. Tenía una bandeja en sus manos y me miraba con gesto serio.

Con rapidez limpie la lágrima que sentía caer sobre mi mejilla, mientras le regalaba una sonrisa.

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