*Isaac Turner*
*2 semanas después*El viento movía los árboles como una marea pacífica pero firme, la brisa hacía remolinos con las hojas secas de los árboles, y el aroma puro de la mañana invadía mi olfato.
Los días pasaron con rapidez. Apurados y ansiosos. Y mientras la brisa más susurraba sobre mi piel, con más rapidez las heridas de aquella noche continuaban sanando. Era más fácil salir a la calle, respirar el aire que sabía muy bien, esa misma bestia respiraba.
Mis preocupaciones habituales volvieron, y por muy raro que suene, Jake, Teresa, Charlotte y yo no hemos vuelto a hablar. Charlotte y yo decidimos compartir todo lo que pensamos a través de textos y Facetimes, pero ni siquiera nos hemos visto entre clases. Y las últimas semanas he estado almorzando en la biblioteca, apreciando la soledad y aprovechando mi tiempo en la escuela para estudiar para mis exámenes trimestrales. En las tardes, lecciones en la iglesia. Me han dejado agotado, tener que estudiar y dividir mi mente entre la iglesia y la escuela en verdad me está haciendo doler la cabeza.
Estoy caminando entre pasillos, rumbo a la salida. Y por primera vez me obligue a observar los rostros que pasan fugazmente a mi lado, y escuchar el bullicio de la escuela, de las voces interminables y de los pasos ruidosos. Allí estaba yo, difuminado dentro de todo, sintiéndome uno más, pero al mismo tiempo, no. Me sentía diferente. Todo se veía diferente.
Más tarde ese día, luego de llegar a casa, recibí un texto de Charlotte diciendo que había llegado a salvo a casa. Yo respondí que igualmente. Ahora todo era así. Preocupación. El simple hecho de salir y no saber si vas a volver a entrar. Era extraño no poder decírselo a nadie, pero luego de un tiempo, que pude ver lo que nos pasó como un hecho aislado, lo comprendí mejor que nunca. Nadie lo entendería, debía de ser un secreto, y era mejor así.
No sabía cómo iba a terminar, cuando estaría tranquilo, pero por ahora, solo tenía eso. El presente.
Vaya, si que me siento diferente.
—¿Cuando es tu bautismo? —Cuestionó Sebastián, mientras invadía la cocina como un huracán, sirviéndose desastrosamente un tazón de cereal.
Observe con disgusto como llenaba su tazón mientras salpicaba leche por todas partes.
—En dos semanas. —Respondí distraídamente.
Tenía entre mis manos un libro biográfico. Sobre la vida de algún tipo que ya olvide que contribuyó en la comunidad cristiana. Abogó por un culto sin nombre y les presentó la biblia. Los introdujo a la vida cristiana y sostuvo un milagro. Es bastante...
Educativo.
Sebastián se volteó con su tazón en la mano y me observo leer. Lo sé, porque sentía su mirada curiosa sobre mi.
—¿No te parece raro? —Pregunto el.
Cerré mi libro, por segunda vez me interrumpió en la página que he estado por 45 minutos, pero que por alguna razón aburrida no puedo concentrarme.
—¿Que cosa?
—El bautismo. —Respondió el. Lo observé con entrecerrando los ojos.
—¿Qué quieres decir?
Sebastian se encogió de hombros, mientras jugaba con su cereal.
—¿No te parece extraño todo el ritual...? Y el hecho de que no estemos bautizados todavía. A la mayoría de los niños los bautizan al nacer.
—Mamá fue bautizada a mi edad. Por eso no decidió bautizarme enseguida. Quiso que todo fuera como una tradición o algo así. —Explique yo.
—¿De verdad? ¿Ella te dijo eso o te lo inventaste porque tiene sentido?

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Moonlight
Novela JuvenilUna serie de sucesos extraños perturban a los habitantes del pequeño pueblo de Darkhill, justo cuando una antigua familia decide regresar a este.