D I E C I S I E T E.

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Secrets I have held in my heart
Are harder to hide than I thought
Maybe I just wanna be yours
I wanna be yours, I wanna be yours

(I wanna be yours—Arctic Monkeys)


Vicky se había marchado de la habitación una vez se había asegurado de que no podía hacerme cambiar de opinión con mi decisión e iba a marcharme.

Yo finalmente había descartado la maleta y había escogido una mochila grande y cómoda de llevar. El viaje iba a ser largo y tener tanto equipaje retrasaría mi ritmo.

Me metí dos mudas de ropa en la mochila y decidí irme con el mono que usaba para las clases de lucha de cuerpo a cuerpo ya que era muy cómodo y facilitaba mis movimientos. Metí mis botas favoritas y luego añadí un peine, un jabón pequeñito, el cargador del móvil, dinero y bastante comida que había robado de la cafetería esa mañana.

Era de madrugada, todos estaban durmiendo.

Salí sigilosamente y bajé las escaleras haciendo el menor ruido posible.

Me había colado en el despacho de Jeff a la hora de la comida y le había robado las llaves del coche.

Había aprovechado antes de irme a dormir para meter en el coche un par de garrafas de gasolina y una rueda de repuesto.

Yo no tenía ni la más mínima idea de conducir, pero tampoco podía ser tan difícil. ¿No?

Metí la mochila en el asiento trasero del coche con algo de dificultad, como si algo entorpeciera el paso.

Lo ignoré.

—A ver —murmuré para mí misma.

Abrí Youtube y busqué ''como conducir un coche''. El tutorial duraba dos minutos y, en apenas dos minutos, conseguí arrancar y saber lo básico: las marchas, el acelerador, el freno, el embrague, el freno de mano, los intermitentes y las luces.

Suficiente para empezar.

Suspiré, intentando mandarme algo de valor a mí misma y atravesé el bosque, alejándome cada vez más del internado.

Encendí la radio, dejando puesta la primera emisora que sonó y bajé el ritmo únicamente para hacerme una coleta, apartando el pelo que me molestaba.

Aceleré la velocidad cuando llegué a un bache para poder pasarlo y fue en ese momento cuando lo oí claramente.

Un ''ay'', procedente del maletero.

Frené de golpe y me bajé con rapidez, abriendo la puerta del maletero.

Tres pares de ojos me miraban con una sonrisita inocente.

Bueno, dos. Frank estaba durmiendo tan ricamente.

Miré alternativamente a Garret y a Connor, que me miraban agitando sus pestañas de forma continua.

Me sujeté el puente de la nariz con dos de mis dedos.

—¿Qué estáis haciendo aquí? ¿Y cómo os habéis podido meter los tres en el maletero? —cuestioné, cabreada.

—Ha sido gracias a Agnes —Se encogió de hombros Garret.

—¿Agnes? —balbuceé.

De pronto, dos figuras aparecieron en el asiento trasero.

—Muchas gracias, chivato de mierda —Se quejó Agnes.

Una poción de invisibilidad de duración reducida.

Call me Desstiny.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora