V E I N T I O C H O.

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Haven't I given enough, given enough?

Haven't I given enough, given enough?

Always the fool with the slowest heart

(Gilded lily — Cults)


Nadie habló durante el camino.

Nadie estaba de ánimos para hablar.

Y mucho menos yo misma.

Si abría la boca, acabaría llorando.

Únicamente se dignó a hablar Agnes un momento para repasar el plan y que no se nos pasara ningún detalle.

Después volvió a reinar el silencio.

Antes de ir a palacio nos hicieron un recorrido por la ciudad, lo cuál fue de bastante ayuda para el robo que teníamos planeado.

El palacio era enorme, de color blanco y algunos detalles dorados. Tenía varias torres componiéndolo, me recordaba a un castillo de cuento de princesas pero más monótono y aburrido.

Era frío al tacto y olía como a pino.

Casi parecía un hospital al ser tan blanco y silencioso.

Eso no ayudaba mucho con mi estado de ánimo.

Nos dieron un gran banquete para cenar pero yo apenas toqué la comida, no tenía ni una pizca de hambre a pesar de que mi estómago rugía con impaciencia.

Vi a Connor guardarse algo de comida al terminar el banquete, después nos dirigieron a nuestras habitaciones donde pasaríamos la noche.

El cadáver de mi primo envuelto en una manta en el suelo junto a mi lado de la cama.

Connor se tumbó a mi lado abrazándome y dejó un beso en mi cabeza sin decir nada.

Y yo no quería pensar en ello, pero sabía que tenía que hacer algo con el cadáver, no podíamos ir cargándolo durante todo el viaje.

Revisé la hora en mi reloj, aún faltaban horas para que todo el robo se llevara a cabo.

Connor ya se había quedado dormido con un brazo alrededor de mi cintura y su cara enterrada en mi pelo, su cercanía me proporcionaba un consuelo y una comodidad que llevaba tiempo sin sentir.

Estuve unos minutos tumbada en la cama, mirando al techo mientras jugaba de forma suave con algunos mechones del pelo de Connor.

Finalmente tomé una decisión.

Salí de la cama lo más despacio que pude para no despertarle y luego salí de la habitación de puntillas hacia el salón principal.

Toqué el colgante que descansaba en mi cuello y mi hermano apareció al momento frente a mí. No parecía muy contento, aunque tampoco podía culparle porque la última vez que nos vimos le obligué a hacer el juramento involuntario.

Pero, al ver mi expresión seria y sombría, la suya cambió a una de preocupación de inmediato.

—¿Qué ha pasado? —preguntó directamente.

Inspiré hondo antes de responder, sentía que decirlo en voz alta solo iba a hacer la situación más real y me iba a romper por completo.

—Garret está...—me tembló la voz antes de terminar la frase, así que carraspeé y me dí unos segundos antes de continuar —. Está muerto.

Call me Desstiny.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora