Live fast, die young. Bad girls do it well. Live fast, die young. Bad girls do it well.
(Bad girls—M.I.A)
—Ni se te ocurra volver a hacer eso nunca más, ¿me oyes, Dess? Podríais haber muerto.
Esa vez no se lo discutí a Jeff, no le dije nada. Simplemente asentí y recogí mis cosas para salir del despacho. Ya ni siquiera tenía fuerzas para discutir o llevarle la contraria a nadie. Solo quería volver con mi familia y largarme de ese sitio.
Vicky apenas me hablaba para darme los buenos días y las buenas noches, y llevaba exactamente seis días y cinco horas sin dirigirle ni tan solo la mirada a Connor.
Él tampoco lo hizo.
Ni siquiera en nuestras clases particulares hablábamos más allá de él dándome instrucciones y yo pidiéndole que repitiera algo si no lo entendía.
En ese momento estaba camino a su clase de nuevo.
—Hola. Hoy vamos a practicar el esquive, así que cámbiate y ponte cómoda.
No le respondí.
Simplemente cogí la ropa que llevaba para cambiarme y fui al baño directamente a ello. Al acabar metí la otra ropa en la bolsa y la dejé junto a mis cosas antes de dirigirme hacia Connor.
—Observa.
Connor se inclinó hacia abajo, apoyándose en sus talones, esquivando un golpe imaginario. Después rápidamente empezó a moverse a los lados e incluso hacia atrás en una especie de pirueta para esquivar más golpes.
—¿Ves? Ahora pégame.
Alcé ambas cejas a su petición.
—Lo esquivaré, tranquila, pégame.
Yo me encogí de hombros y le hice caso. Alcé mi puño derecho como si fuera a pegarle con él y Connor se movió al otro lado, como sabía que lo haría. Y ahí fue cuando levanté mi puño izquierdo y acerté un puñetazo con fuerza en su mejilla izquierda.
Connor me miró sorprendido por el golpe que acababa de darle, y yo llevé mi mano a mi boca con fingido horror.
—Ups —Le sonreí con inocencia.
—La clase ha terminado por hoy.
Recogí mis cosas sin decir nada más.
—Ve a la enfermería —Fue lo único que le dije al pasar por delante de él para abandonar la sala.
Subí en el ascensor y le di al número del piso donde estaba mi habitación pero, antes de que las puertas se cerraran, mi primo Garret se metió en el ascensor junto a mí.
—Primita, tengo el remedio perfecto para tu amargura.
Lo taladré con la mirada.
—Yo no estoy amargada, idiota.
—En realidad, es comprensible. Tu única amiga pasa de tí y tu novio ya no te habla. Es bastante triste.
—¿Qué coño quieres, Garret? —pregunté, directa al grano.
—Mañana vuelve a ser domingo, se puede salir. Y dan una fiesta en casa de una que es amiga de una que va a clase de defensa contra alphas. Ven con nosotros.
—Me encantaría, pero después del resultado de la última fiesta a la que fui, preferiría no hacerlo. Gracias por la invitación.
Garret se cruzó de brazos.
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Call me Desstiny.
FantasyEl tratado de paz entre licántropos y vampiros ya fue firmado hace miles de años. Pero alguien no quiso que se aprobara bajo ninguna circunstancia. El rey Harrison III, un gotihblood (purasangre) de más de siete milenios de edad. Existe una mezcla d...