Call me Desstiny.

S I E T E.

Distance, inches in between us
I want you to give in, I want you to give in (ah)
Weakness, tension in between us
I just wanna give in
And I don't care if I'm forgiven
(Shameless—Camila Cabello)

Connor y yo estábamos en la enfermería, ambos con la nariz ensangrentada.

Yo me había peleado con otro alumno en mi clase de defensa contra los gotihblood, y Connor había recibido un puñetazo.

Uno que yo le había dado.

—¿Tenías pensado contarme en algún momento que eres mi protector?

Connor me miró de reojo antes de asentir suavemente con la cabeza.

Connor me había contado que para volver a recuperar sus alas blancas y volver al reino de los cielos y el infierno junto a los demás, debía cumplir la misión de proteger a alguien. Ese alguien podía ser humano o sobrenatural.

Y, para mi mala suerte, era yo.

—Tenemos una conexión especial Desstiny, lo quieras o no. Es la conexión de protector y protegida.

—¿Y eso qué coño significa?

La enfermera se acercó para recolocarme la nariz, haciendo que se curara en ese instante. Y a Connor le dio un poco de agua celestial para acelerar su curación y fortalecerle.

—Significa esto.

En ese instante Connor llevó su mano a su brazo y se empezó a pellizcar con fuerza en uno de sus brazos.

Un pinchazo inundó mi cabeza, era como una sensación de alerta.

No lo pensé, ni siquiera quería hacerlo.

Pero me vi a mí misma cogiendo su muñeca con fuerza para apartar sus dedos de su brazo y que dejara de pellizcarse.

—¿Lo has notado, verdad? Cada vez que yo esté en peligro o que esté sufriendo algún daño un sentido se activa en tu cabeza y tienes la implacable necesidad de ayudarme. Pues eso me pasa a mí contigo, pero ese sentido es mucho más fuerte para mí. Por eso antes he saltado de esa manera en clase a ayudarte.

—Ahora entiendo muchas cosas —murmuré, bajando de la camilla donde me había sentado y saliendo de la enfermería.

Entendí todas las preguntas que me hizo después de que nos atacaran en el instituto, entendí porque insistía tanto en estar pegado a mí todo el rato.

—¿Te has cabreado?

—¿Tú qué crees? Me has mentido.

—No te he mentido, te he ocultado información.

—Eso es mentir, imbécil.

Me alejé, negando con la cabeza, mientras me limpiaba los restos de sangre seca de la boca y la nariz.

Podía escuchar los pasos acelerados de Connor detrás de mí, siguiéndome en silencio.
Me paré de golpe, haciendo que su pecho chocara contra mi espalda.

—Dime una cosa, ¿ese sentimiento de tranquilidad cuando estoy contigo también se debe a esto? —Nos señalé.

—En partes. Soy tu protector, es normal que te sientas protegida y tranquila a mi lado. Pero, ¿te acuerdas del día que al salir de una fiesta me hirieron gravemente?

Yo asentí.

—Pues eso no fue por la conexión de protección. Y cuando te he visto ahí en el suelo, sangrando de esa manera, puedo asegurarte que la razón por la que casi le parto la cara a ese imbécil tampoco ha sido esa.