T R E I N T A Y D O S.

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Make me your Aphrodite

Make me your one and only

But don't make me your enemy (enemy)

Your enemy (your enemy), your enemy

So you wanna play with magic?

Boy, you should know what you're fallin' for

Baby, do you dare to do this?

'Cause I'm coming at you like a dark horse (hey)

(Dark Horse—Katy Perry)





Connor hizo un gesto y otra persona se separó de nuestro grupo.

Los oídos me pitaban mientras observaba todo abrumada, intentando procesar lo que estaba sucediendo, la puñalada por la espalda que acababa de recibir.

Frank y Vicky observaban la escena en completo shock mientras Agnes se movía hasta posicionarse a su lado.

Connor extendió la mano donde descansaba la pulsera que hacía que sus alas se ocultaran o mostraran hacia Agnes y esta con un rápido encantamiento entre susurros hizo que cayera al suelo.

En ese instante, los ojos de Connor se volvieron rojos, le crecieron un poco los colmillos y sus facciones se volvieron más duras y adultas, como las de alguien que ha vivido miles de años.

Connor notó mi confusión, por lo que se explicó.

—La pulsera estaba hechizada con un poderoso hechizo para ocultar mi verdadero ser y poder convertirme en otro. Las alas eran falsas, pero con el hechizo de Agnes podía volar con ellas por un corto tiempo, por eso casi nunca las usaba.

Miré a Vicky, preguntándome si ella sabía algo sobre esto.

Pero su cara de shock y de decepción me decían que ella tampoco tenía ni idea.

—¿Agnes...? —intentó hablar Vicky.

Su voz temblaba y no pudo terminar la frase, el dolor se reflejaba en su mirada.

—No la culpes, querida. No tenía otra opción —aseguró Connor—. La madre de Agnes tenía una deuda que saldar conmigo y se sacrificó para salvar a sus hermanas.

—¿Sus hermanas? —pregunté.

Un carraspeó se escuchó a mi espalda.

—Está hablando de nosotras —anunciaron Callie y Bryonny.

Pensé que ellas también irían con Connor y Agnes ahora que sabía que Agnes era su hermana mayor, pero no se separaron de mi lado.

Ahora entendía porque el rostro de la hermana mayor que vi en el cuadro que tenían colgado en el palacio me sonaba tanto.

Era Agnes.

—¿Recuerdas cuando te conté que había robado algo del reino de los cielos y por eso me habían echado? Bueno, no era del todo mentira. Robé eso —señaló la pulsera que descansaba en la muñeca de Agnes—. Eso permite que sus poderes sean limitados y que yo sea el que los controla.

Agnes permaneció en silencio con el ceño ligeramente fruncido.

No parecía muy contenta de haber tenido que cambiarse al bando de Connor.

Agnes se acarició la muñeca donde reposaba la pulsera. Esta parecía apretarle bastante pues había dejado una marca amoratada en su muñeca que era visible.

Call me Desstiny.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora