U N O.

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Everybody look at me, me
I walk in the door, you start screaming
Come on, everybody, what you here for?
Move your body around like a nympho
Everybody get your necks to crack around

(Maneater—Nelly Furtado)




—¿De verdad crees que los estúpidos täglios no van a darse cuenta de que no eres uno de ellos si vas paseándote con un chorro de sangre seca en la barbilla? —Se burló mi hermano mayor, Nathaniel.

Me apresuré a limpiarme rápidamente los restos de mi desayuno.

La ventaja de que mi madre trabajara en el hospital era que podíamos conseguir reservas de sangre fresca sin tener que matar humanos o, dicho más coloquialmente, täglios.

—Tengo un hermano tan gracioso que seguro que se cayó al suelo de cabeza al nacer —contraataqué.

Puse una de las asas de mi mochila sobre uno de mis hombros y me crucé de brazos.

—¿Dónde están los demás? Vamos a llegar tarde.

Mi hermano se encogió de hombros en respuesta y rodó las llaves del coche entre sus dedos antes de gritar.

—¡El que no baje ahora mismo se va a ir andando!

Apenas tardaron dos minutos en estar todos abajo.

Nos despedimos de nuestros padres, que se habían quedado leyendo un periódico, y nos fuimos a clase.

Ambos trabajaban por las noches, así que aprovechaban el día para ocuparse a hacer las cosas que más les gustaban.

Aunque en realidad tendrían toda la eternidad para hacerlo, literalmente.

(...)

Después de dejar a los más pequeños de la familia —los gemelos Leyla y Ares—, en el colegio, nos fuimos nosotros a nuestro instituto.

Nathaniel y Luke eran mellizos, ambos de diecinueve años; eran los más mayores. Después estaba yo con diecisiete años, cerca ya de mis dieciocho. Luego, Verónica (Ronie) que tenía dieciséis años. Y, por último, Leyla y Ares con ocho años.

Ignoré las miradas furtivas que algunas personas nos lanzaban al entrar a clase.

Nosotros intentábamos no llamar la atención, pero estábamos creados para eso. Para atraer a nuestras presas.

¿Qué queréis que os diga? Somos dhibrids.

Dicho de otra manera: somos seres naturales y somos mitad hombres lobo y mitad vampiro, por parte de padre y de madre respectivamente.

O al menos lo era en el caso de mis hermanos.

Yo también lo era pero, además, en mi cuerpo circulaba la sangre y el poder de una hechicera luttum. Es decir, una hechicera que llevaba a cabo magia blanca.

Era la sangre de mi abuela.

Mis hermanos y yo caminábamos juntos y en silencio con nuestras gafas de sol puestas por el pasillo.

Nos paramos al estar frente a mi taquilla y a la de mi hermana Ronie. Eran taquillas conjuntas, es decir, estaban una al lado de la otra.

Saqué mis libros y suspiré derrotada al notar como se acercaba.

Ni siquiera me hizo falta darme la vuelta cuando se paró a mi lado.

Lo había oído y olido desde hacía diez minutos.

Call me Desstiny.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora