Capítulo X

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—Hendery

Sus ojos se agrandaron y después tomaron la forma de arco.

—¿Aeris?

Yo también me reí.

—El día en el que vine a visitarte descubrí algo interesante.

—¿Qué cosa?

—¿Sabías que si caminas derecho por el bosque puedes encontrar una muralla?—El solo se quedó escuchando mientras jugaba con el extremo de su ropa.—Descubrí ese lugar que tiene vista hacia las afueras del palacio.

Sus cejas se elevaron—¿Hwa te llevo ahí?

—No, lo descubrí yo sola después de pasear por el bosque.

Si, estaba a punto de delatarla.

—¿Pasear? ¿Ella no te llevó directamente a la entrada del palacio?

De todas formas no tenía intención de ser la amiga de Hwa.

—No, ese día camine de regreso sin ser atrapada y fue ese día en el que me encontré con el príncipe Lein y Roan. Se supone que hoy iríamos a visitar una flor que le regale en su cumpleaños numero veinte.

—Cierto, ustedes son muy cercanos...—murmuró el príncipe, pero yo lo logré escuchar.

—¿Se refiere al príncipe Lein o al príncipe Roan?

—A los dos. Eres muy cercana con ellos e incluso con el príncipe Sian.

A pesar de que el príncipe viviera fuera del palacio principal el sabía con quien era cercana y ahora había escuchado un nuevo nombre. 

Sian.

—¿Cómo sabes eso?

—Porque es lo que decían Hwa y las demás cuando iban al palacio principal. Estuviste menos de un mes en el palacio antes del accidente y ese fue suficiente tiempo para que te hicieras cercana a todos ellos...menos a mí.—su tono de voz disminuyó.—¿Por qué?

Si, exactamente eso.

¿Por qué la princesa Aeris no intentó conocerlo así como yo lo estaba intentando?

—¿Aún recuerdas nuestro primer encuentro?—pregunte con mucha cautela.

—Fue el día en el que estuviste en el bosque llorando.

—¿Fue esa la única vez?

Antes de que el respondiera, se acomodó y se sacó los zapatos para luego estirar sus piernas y mover sus pies.

—Si. ¿Tu me viste alguna vez antes de lo sucedido en el bosque?

Antes no, pero si después. Yo solo lo había visto ese día en el que estuvo mirando hacia mi habitación debajo de la lluvia. 

—No estoy segura, en realidad no recuerdo muchas cosas antes del accidente.—me acomode mejor estirando mis piernas y decidí ser sincera con el. 

Mi respuesta hizo que detuviera el movimiento que estuvo haciendo con sus pies. 

—¿No recuerdas muchas cosas?—Ahora se acomodo mejor viéndome fijamente apoyando su peso en la palma de su mano— ¿en ese tiempo tuviste alguna especie de sueño? 

—¿Sueño?

—Si, quiero decir, con algo raro o triste ¿recuerdas algo?

Lo último que recordaba fue el fuerte dolor en mi estómago y después despertarme rodeada de Dalmi y las demás mujeres del palacio.

Negué con la cabeza.

—Yo creí que soñarías con la partida de tus padres.

—¿Ellos se fueron a alguna parte?

—Fue el  día en el que estuviste en el bosque llorando porque no pudiste despedirte de ellos.

—¿Ellos no regresaron?

—Ellos te visitaron brevemente y después regresaron a su hogar. 

—¿Esa fue la única vez?

El asintió.

En esta vida Aeris tenía padres y lloró por ellos. 

En cambio yo no sabía lo que se sentía llorar por unos padres ni tampoco lo que se sentía preocuparse por ellos por que en mi vida como Lia no había tenido padres. 

—¿Ellos volverán?

—Quizás el día de la boda, aunque no está permitido que ellos ingresen al palacio.

Yo solo asentí dando por terminado ese tema. El viento empezó a correr de nuevo y su velo se movió un poco permitiéndome ver un poco de su barbilla.

"Es posible que el príncipe esté marcado por que nadie lo ha visto sin el velo"

Las palabras que una vez escuche de las mujeres del palacio vinieron a mi mente, por lo que entrecerré los ojos para tratar de ver algo más, pero el se dio cuenta y cubrió el velo con su mano.

Ese momento claramente no duró mucho porque el grito de una mujer nos sobresalto.

—¡Príncipe Hendery! ¡¿dónde se encuentra?!

Sus ojos se abrieron de sobremanera y de un salto se acomodó en la manta. Yo por mi parte me sorprendí de lo rápido que se movió. El príncipe tomó todas las flores y en silencio me pidió que me levantara, quise reír por su desesperación, pero entendí que era una situación un tanto grave.

Hendery se puso uno de sus zapatos y puso las flores al medio de la manta para envolverla y llevarla a la espalda amarrando los extremos a un lado de su cintura, de esa forma volvió a tomar la función de bolsa con las que había traído las flores. Su zapato izquierdo con todo el ajetreo fue lanzado hacia mi lado y al parecer él no lo noto por que eso era lo que buscaba con la mirada.

Recogí el zapato y me acerque—Aquí está—susurre y me agache para ponerlo frente a su pie.

Él tomó su zapato y se movió rápido hasta la entrada de la puerta. Sin embargo, el sonido cercano de una puerta hizo que el príncipe regresará corriendo y me tomara de la mano para llevarme detrás del árbol. Antes de irse hizo una señal de silencio pegando su dedo al velo.

—Espérame un momento, ya regreso.

Yo asentí.

—Voy a volver rápido. En serio, espérame Aeris.

Con mi mano le hice señas para que avanzara.

—¡Príncipe!

—¡Estoy aquí!

Y salió por la puerta.

Yo me quedé detrás del árbol, sola y riendo casi en silencio por que nunca creí que tendría que ser escondida por Hendery en una situación como esta. Aproveche el momento en el que el príncipe se fue para poder curiosear a mi alrededor, pero no había mucho que mirar más que el césped que rodeaba al árbol de cerezo y la valla que separaba el lugar del lugar. 

...


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El jardín de las mariposas muertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora