Capítulo XXI

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Casi después de un buen tiempo y en cuanto las lágrimas que habían corrido por mi rostro se secaron decidí regresar.

Llorar tanto solo ocasionó que me agotara y ahora solo quería descansar en mi habitación para no salir nunca más.

Todo seguía siendo un embrollo en mi mente y por ahora solo quería llegar y dormir. De esta forma al menos mis pensamientos se apagarían por un momento, o eso es lo que creía, ya que, después de unos minutos de caminar por el bosque y al llegar a la entrada del bosque se encontraba Hendery, solo.

El viento corría y Hendery tenía sus manos puestas sobre el velo que cubría su rostro.

Su mirada que buscaba algo desesperadamente, inevitablemente se encontró con la mía.

—Aeris—Hendery camina apresuradamente hacia mí—Me alivia tanto que no estés herida.

Solo estaba sucia y desarreglada.

—¿Estuviste todo este tiempo en el bosque?

Yo solo podía sostener su mirada, mas no contestar a lo que él decía. No tenía voz para hacerlo.

—Aeris, yo quería hablar sobre lo que pasó hace unas horas...

El príncipe Hendery fue interrumpido por mis apresurados pasos hacia el castillo, sin embargo al pasar por su lado él me detuvo sosteniendo mi muñeca.

—Por favor, se que ahora quizás no quieres escucharme y lo entiendo perfectamente, solo te pido que nos encontremos mañana a primera hora aquí mismo. Voy a esperarte, ¿de acuerdo?.

Y al terminar de decir lo que tenía que decir me soltó.

En realidad no esperé mucho a que me soltara para que yo empezara a caminar hacia el castillo y no se si él se quedó ahí por un rato o si también emprendió su camino hacia su castillo.

Por otra parte, no fue mucho después de entrar que Dalmi corrió hacia mí y casi después de juzgarme con la mirada por lo desastrosa que estaba que casi grito.

—Su majestad Aeris, hoy a el príncipe Hendery se lo vio junto al rey camino a la sala principal.

Eso me dejó perpleja.

—¿Que?—Fue lo único que salió de mi y con esa simple palabra pude darme cuenta cuán seca estaba mi garganta y cuan ronca se encontraba mi voz.

No sabía si lo que había escuchado era producto de mi cansancio o si era producto del fuerte dolor de cabeza que ahora tenía por haber llorado.

—¡Así es su majestad! ¡Todo el palacio lo vio!—Afirmó Dalmi vehementemente.

Y casi de golpe todo mi cansancio se esfumó.

¿Hendery en el palacio? ¿Junto al rey?

Pero lo más importante, ¿su visita se debía por el árbol de cerezo y su incendio o por el responsable del incendio? 

...

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⏰ Última actualización: Jan 22 ⏰

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