Todo con respecto a Lein fue incómodo. Tanto por como hablo de un "nosotros" y por como me hizo sentir. No había respondido a su confesión y había preferido evitarla. Principalmente por que yo no soy Aeris y segundo porque no siento nada por él. Ahora mismo había alguien que llamaba toda mi atención.
De regreso al palacio volvimos caminando en silencio hasta que unos minutos después se ofreció a que suba a el caballo y el se subió detrás mío. Agarro la correa que sostenía al caballo y esta vez no lo hizo caminar como cuando llegamos, a cambio, azotó al caballo para que corriera. En todo el camino no volvió a hablar y no intentó dirigirme la palabra a pesar de mis intentos por preguntarle sobre pequeñas cosas que íbamos viendo en el camino.
En cuanto llegamos baje en silencio del caballo y le di las gracias por traerme a salvo. El claramente no contestó con palabras, pero sí asintió la cabeza, se dio media vuelta y entró al establo con el caballo dejando mi mano estirada en cuanto quise acariciar al caballo antes de que se fuera.
No le di más vueltas y gire para regresar al palacio a paso rápido. Todo a mi alrededor había oscurecido y si no me apresuraba podía perderme en la oscuridad. El cielo a medida que caminaba con la cabeza gacha oscureció más rápido y fue invadido por nubes grises dejando caer gotas de ellas. No pensé en esperar a Lein porque no quería que el camino estuviera envuelto en un silencio incómodo.
Comenzó la lluvia y yo instintivamente corrí, dejando atrás a Lein.
...
Al siguiente día cuando saque mi cabeza por la ventana el cielo estaba despejado y ahora solo habían pequeños charcos de lo que dejo la lluvia durante la noche y parte de la madrugada.
No supe si Lein había regresado a salvo.
Deje que Dalmi me alistara un vestido lila junto a uno zapatos del mismo color con detalles dorados. Amarro mi cabello en una trenza con adornos dorados y con flores. Cuando creí que estaba lista para salir, Dalmi me detuvo por el brazo y aplico un poco de rubor y tinta en mis labios. Afuera a pesar del sol aun seguía corriendo viento. Sin embargo, eso no importó mucho, porque quería ir cuanto antes a visitar a Hendery. Quería contarle lo que Roan había confesado sobre Hwa y quizás también contarle lo que Lein hizo anoche.
Cruce todo el patio esperando encontrarme a Lein por el camino y aunque prácticamente salí huyendo del lugar la noche anterior a causa de la lluvia (y la incomodidad) aun quería preguntarle si estaba bien. Él tuvo la intención de sacarme del palacio y recordar algunas cosas que hacía con Aeris. Si tan solo pudiera decirle que yo no era Aeris.
Cuando me adentre al bosque y llegué frente al palacio de Hendery (el cual ya no era tan complicado de encontrar como al principio) me escondí detrás de un árbol como él lo hizo cuando vino a visitarme la vez anterior.
Después de una mirada rápida y detallada me asegure de que por los alrededores no hubiera rastro de las cuidadoras de Hendery. Ellas no estaban y tampoco él, cosa muy extraña. El lugar estaba envuelto en un silencio perturbador y casi escalofriante. Alrededor solo se escuchaban el sonido de las cigarras y el viento moviendo las ramas de los frondosos árboles, creo que incluso si prestaba atención y escuchaba con detenimiento, podía escuchar el aleteo de las mariposas que volaban por su pequeño jardín. El jardín de las mariposas, decidí llamarlo.
Me arme de valor y saque mi cuerpo de mi escondite y me encamine a la entrada. Al entrar no fui sorprendida por alguna de las cuidadoras. Sin embargo, me di con la sorpresa que por su pequeño patio corrían al compás del viento un montón de pétalos rosados que de seguro eran provenientes del árbol de cerezo. La puerta que daba a ese pequeño e íntimo espacio estaba semi abierta. De ella provenían unos pequeños murmullos y unos ruidos inexplicables, que parecían ser sollozos. Empuje la puerta e ingrese solo para confirmar que esos ruidos si eran sollozos, los cuales eran de Hendery, quien estaba agachado dando la espalda hacia la puerta y con algo apegado a su pecho. Sus nudillos eran blancos de la presión que ejerce en ese objeto.
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El jardín de las mariposas muertas
RomanceElla fue la primera. Fue la primera en acercarse a mí, sin esperar nada a cambio, sin esperar enamorarnos y fue esa persona quien por primera vez me vio de otra forma más allá de ser solo un príncipe. En todos los años que llevo de vida fui apartad...