Jungkook era fan de los mimos matutinos, aunque nunca lo admitiría en voz alta.
Adoraba el calor de las sábanas sobre él, tener a Matthew a su espalda, besando su nuca con labios abultados y húmedos, mientras sus manos viajaban por sus caderas apretadas, probablemente desnudas, hasta llegar a su entrepierna molesta por una erección de buena mañana.
Jungkook adoraba el ambiente hogareño y cercano del sexo mañanero, perezoso, cansado. Le gustaba correrse entre gemidos ahogados por la enorme mano de su novio, evitando que hiciera un pequeño escándalo y que sus padres los escucharan, le gustaba la sensación pegajosa en su trasero cuando retiraba el condón y se corría en su espalda baja...
Y como amaba todo aquello, su cuerpo reaccionó por la mañana, cuando unas manos conocidas le acariciaban los muslos cubiertos por el pijama, y una voz ronca que él tenía grabada a fuego en su mente le susurraba que despertase.
Jungkook abrió los ojos con pereza. El abrazo del que formaba parte se hizo menos apretado, permitiéndole girarse para encarar a su fuente de calor bajo las sábanas.
La cara de Taehyung ocupó su vista y sus ojos se abrieron desmesuradamente. Los recuerdos del día anterior llegaron a su cabeza, provocando una mueca horrorizada en su rostro porque no había sido un sueño.
—¿Kook?
El pelinegro ya había saltado de la enorme cama, corriendo en dirección al baño y tropezando por el camino. Un gemido de frustración se escapó de sus labios cuando, frente al espejo, encontró el reflejo de una linda chica.
¡Seguía siendo una mujer!
—No, esto no puede ser verdad...
—No vuelvas a salir así de la cama. Casi te comes el suelo por tener las piernas enredadas en la sábana —reprochó la voz adormilada de su mejor amigo, que lo alcanzó en el baño segundos después, recostando su espalda desnuda contra el marco de la puerta—. ¿Estás bien?
Jungkook se giró a mirarlo.
—¿Te parece que estoy bien?
—Woo, no hace falta ser tan borde. Yo no tengo la culpa de nada —se quejó el castaño, levantando las manos en son de paz. Jungkook suspiró.
Un pequeño silencio se apropió del momento. Jungkook no tenía ni idea de qué hacer, cómo volver a la normalidad. Lo único que tenía en su cabeza era el mensaje raro que Hoseok le había enviado dos noches antes, y el ofrecimiento de Alex a ayudarle con la situación.
También recordó la molesta —en esta situación— existencia de Matthew. Quiso arrancarse los pelos cuando las imágenes de su sesión de besos con Taehyung la noche anterior lo atacaron, recordándole son saña que era un infiel asqueroso y que no había hecho nada para evitarlo.
Entonces, decidió encarar a su mejor amigo.
—Tenemos que hablar de lo que sucedió anoche —los ojos oscuros del mayor no abandonaron su cara, intensificando la mirada y haciéndolo sentir más pequeño de lo que ya era—. Sigo siendo yo, aunque no lo sea, y sigo teniendo novio... No puedes besarme solo porque te gusto- Lo que sea que soy ahora. —divagó, sintiéndose ridículo por ni siquiera encontrar las palabras para expresarse. Toda la situación era tan bizarra que parecía bloquear su mente.
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Si Fueras Una Chica
FanfictionJungkook no sabía en qué momento sucedió. Lo único que recordaba era haberse ido a dormir después de una fuerte discusión con Taehyung, su mejor amigo y compañero de piso. "¡No puedo estudiar si te pasas todo el día follando con tus ligues!" "Si fu...