15. El tratado de paz Kim-Im (o el presagio de una catástrofe anunciada)

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Jungkook nunca había estado en el Grand Hyatt

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Jungkook nunca había estado en el Grand Hyatt. Era el hotel más lujoso de todo Seúl y no era precisamente un lugar que él frecuentaría, pero era consciente de que los padres de su exnovio no solo eran clientes premium, sino que también eran dueños de algunas acciones de la empresa que manejaba dicho hotel.

La sala estaba llena de personas de la alta sociedad, empresarios, políticos y celebridades, todos ellos enfundados en caros trajes y vestidos de alta costura. Las sonrisas ensayadas eran los complementos principales y las conversaciones se centraban en temas de evidente interés, como la búsqueda de contactos o el cierre de tratos previamente hablados.

Era como observar una partida de ajedrez. La gente movía su ficha por toda la sala como si se tratara de un tablero y ellos fueran las enormes manos que movilizaban las piezas. Definitivamente, era un juego en el que Jungkook no encajaba, y Matthew tampoco.

Sin embargo, el deber era el deber. Fuera o no a tomar el relevo de su padre, Matt estaba condenado a heredar la empresa tarde o temprano y debía conocer los contactos y socios más allegados hasta que tomara la decisión de continuar el legado o no. Esa noche, él era uno de los invitados de honor y, por tanto, su acompañante también.

Saludaron a unas cuantas personas en su camino, que elogiaron el vestido de Jungkook y se interesaron por quién era. Matt les dio una sonrisa tensa ante el entrometimiento, pues las miradas pícaras eran de mal gusto cuando era bien sabido que él era homosexual.

En fin, irrespeto disfrazado de cortesía.

—Oh, qué maleducado —Matthew fingió vergüenza—. No les he presentado a mi hermosa acompañante. Ella es Jeon Jeonha, una familiar de Jungkook.

Ha Eunwoon, uno de los principales inversores asociados a las empresas Im, los miró con una sonrisa de buitre y asintió. El resto de los hombres que los acompañaban parecieron incómodos ante la mención de su nombre. Jungkook frunció el ceño.

—¿Jungkook? ¿Ese amigo tuyo?

—Creo haber dejado bastante claro que Jungkook es mi pareja, pero sí. Jeonha en su prima —El tono irritado de Matthew no se disimuló.

Eunwoon lo ignoró y se acercó a tomar la mano de Jungkook, inclinándose con ella entre sus rugosos dedos y- Uh, lo habría golpeado ante la mirada lasciva que le dio. ¿Qué acaso no le daba vergüenza? Su mujer debería estar por algún sitio de la sala, probablemente emborrachándose para no tener que soportar a su marido.

Patético.

—Es un placer conocerla, señorita Jeon —Jungkook le dio un asentimiento tenso—. En la junta nos estábamos preguntando cuando sería el momento en el que nuestro Matthew traería a una chica a estos eventos. No me malentienda, ese muchacho, Jungkook, es bastante... interesante, pero ya sabe —Eunwoon se acercó como si estuviera contándole un secreto—, es demasiado estirado para mi gusto. Confío en que usted será más adecuada para estas cosas.

Si Fueras Una ChicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora