20. 13,8 mil millones de años donde nosotros fuimos el mayor error de todos

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Jungkook adoraba escribir su nombre en la arena mojada

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Jungkook adoraba escribir su nombre en la arena mojada. Tal vez era una información que solo su madre conociera como una anécdota lejana, no esperando que su hijo lo tuviera todavía tan presente, pasándolo por una obsesión más de cuando era pequeño. Sin embargo, Jungkook sí recordaba embelesarse con las curvas que sus deditos trazaban en el suelo de las playas de Busan, como si sintiera que aquel nombre plasmado en la fría arena era su pequeña creación, su tierna manera de dejar, de alguna forma, huella en el mundo.

Pero también recordaba perfectamente cómo la marea siempre se empeñaba en borrar su nombre de un crudo choque. Casi podía sentir la inocente ira invadirlo porque el mar parecía en desacuerdo con compartir aquel enorme lienzo marrón que las olas pintaban a cada golpe con la orilla, llevándose a Jungkook con ellas.

Ahora que era un adulto, entendía que no solo el mar y él eran seres caprichosos. De hecho, el universo mismo parecía serlo.

Por más que uno trazara un camino, la realidad era que no siempre sería dicho sendero el que recorrería. Rara vez la vida no lo borraba de una ventisca y te hacía caminar a ciegas por pura diversión.

Con la llegada del lunes, Jungkook se preguntó si ahora debería escribir otro nombre en la arena. Tal vez conservaría su apellido, tal vez no. ¿Debería decírselo a sus padres? ¿O simplemente desaparecer? Su madre seguramente pensaría que Jeonha era demasiado corto para su gusto, y le haría ilusión cambiarlo. Tal vez la marea se llevaría su nuevo nombre algún día y le devolviera el Jungkook que le habían arrebatado, o tal vez-

Tal vez debía aceptar que esa era su vida ahora. Que ya no había opción alguna de escribir nada en la arena, porque hacía tiempo que estaba lejos de ella, a la deriva, nadando a mar abierto.

El mar, el mar, el mar... El agua, la sal, la arena entre sus dedos y el sol golpeando sus párpados. Qué lindo sería estar en el mar...

—Jungkook, tienes que comer —Hoseok murmuró a su lado, completamente preocupado y ya comenzando a desesperarse—. Estás pálido y no tienes nada en la barriga desde ayer en la mañana...

Jungkook ni siquiera quería considerarlo. La sola idea de pensar en comida le revolvía el estómago de una forma aterradora, haciéndole pensar que realmente iba a acabar vomitando hasta sus órganos de una sola arcada. Apenas había tolerado algunos sorbitos de agua que Taehyung le había estado ofreciendo en completo silencio, sin saber muy bien qué decirle.

No sabía si el silencio perpetuo en el que su mejor amigo se había enfrascado desde el día anterior lo reconfortaba o solo lo ponía más ansioso. Taehyung no había pronunciado palabra más allá de ese último "es negativa". Luego había desechado la prueba y lo había ayudado a meterse en la cama para dormir, donde los dos se habían tumbado durante horas sin poder conciliar el sueño, en completo silencio.

El mediodía del lunes había llegado mientras él miraba el techo y Hoseok se había encargado de obligarlo a salir de la cama. Yoongi tan solo los miraba a los tres sin saber muy bien qué hacer.

Si Fueras Una ChicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora