8. Daría lo que fuera

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Jungkook odiaba las fiestas

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Jungkook odiaba las fiestas. Había salido un total de cuatro veces contadas durante toda su vida universitaria y su plan principal era mantenerse en esa línea durante un tiempo, pero los acontecimientos recientes habían descuadrado sus planes.

Cosa que lo molestaba infinitamente.

Hoseok lo había convencido con un argumento demoledor:

—¡Vamos, Jungkookie! Hemos acabado los exámenes y hemos sobrevivido a tu primera semana en ese cuerpo. Nos merecemos celebrar.

Alex, a la que no le había ido tan bien en sus exámenes como aparentaba, había asentido contundentemente, con sus mejillas demasiado rojas por el alcohol que habían estado consumiendo los tres en casa del menor.

—No hay nada que celebrar, hyung...

—Personalmente, creo que Hoseok tiene razón —la chica hablaba de forma entrecortada, con sus ojos casi cerrados y un dedo levantado en el aire, como si estuviera contándoles una verdad universal—. Debemos celebrar. Además, estaré muy enfada si vuelves a la normalidad y no dedicaste ni un solo minuto a presumir ese enorme culo que te regaló el destino.

Jungkook la miró como si fuera lo más desagradable que se había topado en la vida.

—¿Qué pasa? Cuando bebo no soy mejor que un hombre —se excusó ella, haciendo reír a Hoseok. Jungkook negó.

—Creo que en este estado podrías ser la mejor amiga de Taehyung.

Alex no pareció perturbada por ese hecho.

Regresando a la propuesta, era una fría noche de invierno en la que su mejor amigo no se encontraba en casa. Él no estaba soportando últimamente la sensación de estar solo, por lo que había invitado a sus otros dos cómplices para tener una tranquila velada.

Cuando el mayor de los tres llegó cargado de bolsas con soju y frituras, Jungkook supo que había cometido un error.

Llevaban un par de horas bebiendo y hablando cuando se le ocurrió que era una buena idea ir a alguna discoteca. Itaewon no quedaba muy lejos de donde vivían Jungkook y Taehyung y parecía el momento perfecto para enseñarle a Alex lo que era una buena noche de copas por Seúl.

Jungkook no quería, naturalmente. No eran su tipo de ambientes, mucho menos ahora que tenía senos —cosa que, ejem, lo incomodaba bastante— y un humor de perros por su inminente periodo. A veces creía que estaba volviéndose loco y luego se recordaba a sí mismo que tan solo eran las hormonas molestándolo, que no debía ponerse histérico por algo que era natural, pero se sentía tan fuera de lugar que solo empeoraba sus ánimos.

Ahora mismo envidiaba a las chicas que no presentaban dichos síntomas.

—No me apetece, chicos...

Alex dio un salto ante su respuesta, tambaleándose un poco. Lo señaló.

Si Fueras Una ChicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora