Capítulo 5.

46 3 1
                                    

—¡Joder! Ese chico te gusta, Romi.

Jess habla con emoción pero en susurros para no despertar a nadie en su casa. Es media noche y tenía 20 minutos que había llegado acá, Tom me trajo y se despidió de mi afirmando que me llamaría o me textearia.

Sonrío junto con ella y subimos de puntitas hasta su habitación cerrando con mucho cuidado la puerta. Comienzo a cambiarme de ropa mientras le cuento todo lo que pasó durante la salida, ella se sorprende mucho cuando le digo sobre las carreras de motos, siempre ha creído que eso solo existe en las películas pero le afirmo que no es así y que yo misma presencié una.

—¿Pero no parecían todos maleantes? —cuestiona arrugando la nariz.

—No, son solo un poco diferentes a las personas que nosotras conocemos —inquiero soltandome el cabello—. Y hacen lo que quieren, no están obligados a estudiar lo que no desean, se divierten.

Ella me sonríe sabiendo a qué me refiero. A veces me siento tan atrapada en este mundo, agradezco que mis padres me den todo lo que necesito para sobrevivir pero me falta lo más importante, me falto yo. Siempre me esfuerzo por tener buenas notas, ser de las mejores por gusto a ellos, para tenerlos felices pero parece que nada es suficiente. No quiero volverme como ellos.

Hace unos años Killian era distinto a ahora, él sonreía, era bromista, muy positivo, le gustaba salir con unos chicos que viven cerca de nuestra casa, cuando entra a la universidad papá le prohíbe todo eso, lo encierra en su totalidad, tiene esa plática que tuvo conmigo y meses después Ki empieza a dejar todo de lado. Le encantaba tocar el piano, jugar básquetbol y ahora nada de eso lo hace, se olvidó por completo de sus sueños. Su carácter se ha vuelto más serio, discreto, casi no sonríe, es muy formal en todo hasta cuándo habla. No quiero imaginar lo aburrida que sería su vida si se casa y tiene hijos.

—¿Irá por ti al insti el lunes? —Jess pregunta, sacándome de mis pensamientos y la miro una vez que me pongo mi pijama para recostarme a su lado.

—No lo sé, me dijo que me llamaba —respondo y ella asiente sonriendo.

—Entonces duerme ya, tienes solo unas horas antes de que Killian venga por ti.

Le hago caso y cierro mis ojos para hundirme en un profundo sueño.
Agradezco mucho que Jess sea mi amiga, sé que jamás me abandonaría por nada del mundo, normalmente siempre soy yo quien es su cómplice para diversas cosas y está vez ella está aquí ayudándome a poder salir con Tom.

••••


El domingo ha sido un día aburrido, Killian estuvo afuera de la casa de Jessie a las siete en punto de la mañana. Vine casi adormilada en todo el camino. Como alguna fruta y me voy acostar nuevamente. Por la tarde he estado estudiando y ahora mismo escucho algunas canciones que me gustan mientras hago apuntes del instituto.

Me doy cuenta que mi celular vibra y miro la pantalla mirando un mensaje de Tom, sonrío y lo abro.

Tom:
El domingo se me ha hecho eterno, cuento las horas para volver a verte.

Romina:
¿De verdad?

Soy una imbecil, que pregunta tan boba. Me siento demasiado nerviosa, porque yo también deseo verlo.

Tom:
¿No me crees? Romi, si por mi fuera estaría ahora mismo fuera de tu casa.

Mi estómago me dio un revoloteo que no sé exactamente lo que significa pero no puedo evitar sonreír todo el tiempo, me siento feliz conociendo a Tom, me agrada mucho y quisiera que saliéramos sin tener que esconderme. Pero sé que si papá se entera me tendrá el doble de vigilada y prefiero evitar eso.

The Reason » Tom Kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora