—¿No era ese tipo con el que te vi hablando la otra vez? Solo que se quitó las rastas.
La puerta de casa se abre y entro primero yo, detrás mío mi hermano y me viene a la memoria ese día, cuando recién empezaba a conocer a Tom y Killian lo vio de lejos. No tiene mala memoria al parecer.
—Si, ese mismo.
—Me dijiste que era amigo de Jess.
—Pues claro, no podía decirte que comenzaba a pretenderme porque recién lo estaba haciendo —explico dejando la mochila en uno de los sofas y caminando hasta la cocina, siendo seguida por mi mayor.
—No parece que haya estudiado ahí.
Joder.
—¿Por qué no? —pregunto restándole importancia, como si de verdad estuviera extrañada con su suposición.
—Su forma de hablar, de vestir, no lo sé, Romi.
¿Que carajo tienen con el estilo de Tom?
—Ki, por favor. Ese es su estilo, él es libre.
—Bueno, supongo que lo estoy juzgando mal —asiento—. Pero aún así no siento que papá vaya aceptarlo. Aún cuando termines la universidad y te dediques a la empresa... Ese chico es músico y aunque venga de una buena familia sabes lo que piensa papá de esas profesiones.
—Lo sé, pero papá no va a mandar en mi vida siempre.
Mi progenitor cree que todas esas carreras como; Música, filosofía, fotografía, escritor, etc, son perdida de tiempo, que nadie puede ganar dinero de eso, prácticamente las considera mediocres.
Killian rodea la barra de la cocina llegando hasta donde estoy preparándome un sándwich, Danielle había ido a hacer las compras así que cuando eso sucedía nosotros teníamos que cocinarnos algo.
—Escucha, Romi —dejo de hacer lo que hago y me giro para mirarlo a los ojos, dispuesta a darle toda mi atencion—. Eres mi hermanita, y te voy apoyar porque no quiero que seas tan infeliz como lo soy yo. Y te entiendo, yo también me escapo a las clases de fotografía... —su mano me acaricia la mejilla y coloco la mía por encima, comprendiendo todas y cada una de sus palabras—. Pero tampoco voy a dejar que nadie te haga daño, y si ese imbecil se atreve a siquiera hacerte llorar una vez, voy acabar con él.
—Entiendo lo que me dices, pero él no me haría daño, Ki.
—¿Cómo sabes que no? Tú no eres su corazón para saber cómo se sentirá después, y yo solo quiero cuidarte, así que es mi única advertencia ¿ok? —sus ojos color miel se enfocan en los míos, volviendo sus palabras más sinceras.
Asiento y de inmediato me rodea con ambos brazos por encima de mis hombros. Recargo la mejilla en su pecho y me siento como un niña pequeña. Siempre me he sentido de este modo con mi hermano.
•••
Me echo un último vistazo en el espejo, corroborando que no me vea tan fatal. Visto unos jeans de mezclilla flojos, una blusa de tirantes con una camisa de cuadros abierta por encima y unos converse negros. Llevo el cabello suelto únicamente con un prendedor pequeño con el adorno de una mariposa y un poco de brillo labial.
Tomo mi bolso y bajo las escaleras yendo hasta la puerta de entrada, no sin antes despedirme de Danielle, quién está en la cocina preparando algo de comer.
Al abrir la puerta me encuentro a Tom en su moto, y debo admitir que me siento tan bien de que venga a recogerme hasta la puerta de mi casa.
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The Reason » Tom Kaulitz.
Fanfiction¿Cómo salir de un lugar que no te hace bien pero a la vez te hace feliz? ¿Esta bien dañarte psicológicamente para obtener algo de felicidad? Se dice fácil pero no lo es, y cuando crees tener el valor de hacerlo es lo que peor se siente.