6. Algo muy retorcido.

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—Estás preciosa, lástima que Robert esté molesto conmigo.

Dijo Sebastian mientras caminaba hacia él sonriente.

Había pasado a recogerme a las 6 pm como habíamos quedado, papá abrió la puerta pero apenas lo vió, se dió la vuelta y se fue.

—Necesita tiempo.

Él asintió y estiró su brazo hacia mi, yo lo tomé y caminamos hacia su auto.

Se había portado como todo un caballero, me abrió la puerta del auto y me preguntaba constantemente si me sentía bien, si quería que pusiera el aire acondicionado y pequeños detalles que los chicos normalmente no notaban, pero él si.

—Me la estoy pasando increíble, muchas gracias.

Dije mientras salíamos del cine, él me sonrió.

Que sonrisa tan bella tenía, por Dios.

Honestamente este chico parecía irreal, tenía una cara muy linda y un físico increíble, además claro de ser un tipazo.

—Dianee, la verdad no quiero que te molestes conmigo.

Dijo mientras se sentaba en una banca de la plaza, yo imité su acción mientras lo miraba con la ceja alzada.

—¿Por qué me molestaría contigo?

Y me besó.

Me sorprendió mucho, de repente sus labios chocaron con los míos sin darme cuenta.

No sabía como sentirme, me gustaba mucho pero no sabía si era correcto besarlo en la primera cita, no quería que tuviera una impresión errónea de mí.

—Esto no está bien.

Dije separándome de él.

—¿No querías?

—Si, pero solo hemos salido una vez y no sé si deberíamos estar haciendo esto, además tu eres un jugador del equipo de mi padre.

—Pero si estamos aquí es porque nos gustamos, ¿no?

—Creo que si.

Dije mientras colocaba mi cabello detrás de mí oreja.

Entonces el chico en cuestión volvió a besarme, traté de dejarme llevar pero no estaba del todo cómoda.

Caminamos un rato más por la plaza y después fuimos hacia el estacionamiento.

Subimos al auto en silencio y Sebastian comenzó a conducir hacia mi casa.

De repente el silencio fue interrumpido por el castaño.

—Escucha, no quiero que te sientas incómoda conmigo, la verdad es que me gustas mucho y no supe como controlarme, no quiero seguir siendo solo tu amigo.

—No es eso, es solo que me tomaste por sorpresa, pero no te preocupes.

Sonreí de lado y él hizo lo mismo.

—¿Entonces qué dices?

Preguntó él.

—¿Acerca de qué?

—De ser novios.

—¿Tú y yo?

Pregunté incrédula, él rió.

—Claro boba, si no quién.

—No lo sé pienso que es muy pronto.

—Oh lo siento, pensé que estábamos en el mismo canal, que yo también te gustaba.

Resilience. ||Diego Lainez||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora