13. Feliz cumpleaños, Di.

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—Sopla las velas y pide un deseo.

Dijo mamá sonriendo mientras sujetaba su celular, me estaba grabando.

Cerré los ojos mientras sonreía y soplé.

—¿Qué pediste?

Preguntó.

—Si te lo digo no se cumplirá.

Me miró con los ojos entrecerrados y yo reí.

Estos días con mi madre habían sido un verdadero alivio para mí, había pasado todo el tiempo que podía conmigo, tratando de hacerme sentir mejor.

Pero seguía extrañando México con todo mi ser.

Comimos pastel y le pedí que viéramos una película, pero sorpresivamente se negó.

—No puedo, mi vida. Tengo que ir de urgencia a la oficina, surgió algo.

Tomó su bolso y las llaves del auto, yo la miré confundida, ¿qué había pasado?

—Pero pediste el día libre.

—Lo sé y lo siento, pero te prometo que te lo voy a compensar.

Dijo y yo asentí lentamente mientras salía por la puerta, después de besar mi frente.

Caminé hacia la cocina y guardé el resto del pastel, después me dirigí al sillón y me dejé caer sobre él.

Al parecer si pasaría mi cumpleaños sola.

Miré mi celular, Diego y yo habíamos hablado cada día desde que logramos arreglar nuestras diferencias y la verdad era que me encantaba hacerlo, era un chico muy interesante, divertido y gracioso.

Pero por alguna razón, hoy no me había escrito.

Mi corazón  dió un vuelco al pensar que podía haber olvidado mi cumpleaños, y era normal, solo se lo había dicho una vez y la conversación había muerto después de dos oraciones.

Pero aún así, ni siquiera había recibido un mensaje de buenos días.

Comencé a preocuparme, ¿y si había pasado algo? No era normal que se pasara tanto tiempo desaparecido de redes sociales.

Traté de alejar todas las ideas negativas de mi mente y cuando pensé que nunca lo lograría, tocaron el timbre.

Me levanté con pesadez y caminé hacia la puerta, ni siquiera me molesté en ver por la ventana quien era.

Entonces abrí y lo ví, podía jurar que mi mandíbula había caído hasta el piso.

—¿Diego?

El chico me miró sonriente.

—Feliz cumpleaños, Di.

POV Diego.   

Martes 11 am.

—¿Está todo listo?

Pregunté mirando a Edson y él asintió mientras cerraba la maleta.

—Listo.

Estábamos haciendo facetime, yo estaba entrenando justo ahora y el moreno estaba en mi casa, le había pedido un favor muy especial.

Mañana era el cumpleaños de Dianee y quería darle una sorpresa.

Apenas llevábamos unos cuantos días hablando pero pensé que ir a visitarla sería un lindo detalle, sabía que lo pasaría mal ahora que no tenía a su mejor amiga a su lado.

Al salir de casa y llegar al club lo entendí, tenía que hacer lo posible por estar allá con ella.

Así que hablé con Robert y los directivos y les pedí permiso de faltar a un par de entrenamientos, me costó mucho trabajo y una amenaza de banca, pero lo soportaría.

Resilience. ||Diego Lainez||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora