capitulo 3

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Después de una hora, Bell continuaba caminando con cautela y precaución en los primeros tres pisos del calabozo. En una de sus manos llevaba un cuchillo, listo para enfrentar a cualquier monstruo que se atreviera a atacarlo. Gracias a su falna, ahora le resultaba mucho más fácil defenderse y enfrentar a los monstruos que encontraba en su camino. Aunque las batallas eran más sencillas, Bell sentía una ligera sensación de aburrimiento, deseando enfrentar mayores desafíos.

"Creo que voy a bajar un poco más, pero no puedo tardar mucho. Apenas tengo unas cuantas horas más antes de ir a trabajar en la Anfitriona de la Fertilidad", pensó para sí mismo mientras avanzaba con decisión.

Después de un rato de reflexión, Bell decidió no adentrarse más en el calabozo. Comenzó a recolectar las piedras mágicas que habían dejado los monstruos que había derrotado antes de salir. Con cuidado, ascendió del calabozo y se dirigió a visitar a su diosa, pasando un tiempo agradable hablando con ella.

Tras una agradable visita con Hestia, donde compartieron risas y anécdotas, Bell se dirigió al gremio para intercambiar las piedras mágicas que había recolectado en el calabozo. Al tener un total de 1053 valis, se sintió satisfecho con su recompensa y se preparó para regresar a su hogar. Después de un relajante baño y vestirse con un delantal blanco, unos cómodos pantalones y una camisa de manga corta, se dispuso a enfrentar una noche llena de actividad culinaria en la Anfitriona de la Fertilidad.

Al llegar al popular bar, fue recibido con calidez por Mía, la dueña, quien le dio la bienvenida con una sonrisa amigable.

"¡Bell, qué bueno verte de nuevo! Espero que hayas tenido una buena jornada. Ahora es momento de brillar en la cocina", dijo Mía animadamente.

Bell asintió con entusiasmo. "¡Claro, estaré listo para sorprender a todos con mis platillos!"

El joven chef se sumergió de lleno en su trabajo, dejando volar su creatividad y destreza culinaria para preparar deliciosos platos que deleitarían a los clientes del bar. La cocina se llenó de actividad, y las meseras se apresuraron para servir los platillos recién cocinados. Bell, con una mezcla de habilidad y pasión, logró conquistar nuevamente los paladares de todos los comensales, dejando en sus rostros sonrisas de satisfacción.

A medida que la noche avanzaba, Bell se sentía feliz de estar rodeado de personas que apreciaban su talento culinario. Cada gesto de agradecimiento de los clientes le llenaba de satisfacción.

Sabía que siempre tendría un lugar especial en la Anfitriona de la Fertilidad, donde su cocina era valorada y admirada por todos. Con esa certeza en su corazón, Bell se entregó con pasión a su labor, buscando siempre superarse y brindarles a los clientes momentos inolvidables a través de sus deliciosas creaciones culinarias. La energía del lugar, acompañada por la buena compañía de sus colegas y amistades, creó una atmósfera acogedora que hacía de la Anfitriona de la Fertilidad un rincón especial en la bulliciosa Ciudad de Orario.

Las horas pasaron y, como ayer, Bell salió a altas horas de la madrugada. Sin embargo, esta vez notó una diferencia significativa: los rumores sobre su exquisita comida habían atraído a más clientes a la Anfitriona de la Fertilidad. Como resultado, tanto Bell como las meseras se encontraban más cansados que la última vez que trabajaron juntos. Las meseras, al imaginar que tendrían que soportar más tiempo trabajando con Bell hasta que él decidiera renunciar (lo que podría tardar años), sintieron un escalofrío recorriendo sus espaldas y temblaron ligeramente. Las perspectivas de largas y agotadoras jornadas de trabajo junto a Bell les causaban cierto temor y ansiedad, lo que las hizo tener pesadillas esa misma noche.

De regreso en su hogar, Bell encontró una escena familiar: su diosa Hestia estaba destapada y temblando de frío. Él se cambió de ropa por algo cómodo, usando la vestimenta que solía llevar cuando iba al calabozo. Esta vez, no sintió vergüenza por acostarse debajo de su diosa, ya que el agotamiento lo abrumaba el doble en comparación con su primer día de trabajo. Con cuidado, se acomodó nuevamente junto a Hestia, buscando darle calor y protección mientras dormían.

DANMACHI:EL SECRETO DEL NIVEL OCULTO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora