Han pasado años desde la última vez que Gou vio a Satoshi. Ahora, lleno de culpa, frustración y en una profunda depresión decide olvidar aquel horrible pasado que lo rodea.
Gracias a su inteligencia y a su pasión por los Pokémon, es como logra conve...
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En aquel seguro que parece eterno para el joven moreno, Gou, quien se mantiene en silencio, seducido por el ambiente cautivador del comedor.
Mientras escucha a Serena y Satoshi en una conversación aparentemente trivial, la atmósfera se llena de un aroma exquisito a té, que se mezcla con el dulce aroma de madera de pino que emana de cada rincón de la casa de Satoshi en la Isla Akala.
La elección de esta casa por parte de la madre de Satoshi es un misterio intrigante, y el moreno se puede imaginar que tal vez fue una manera de mantener distancia con su hijo.
No obstante, la fascinación radica en los detalles que adornan el lugar: delicados objetos de porcelana con figuras de Pokémon dan un toque encantador a cada espacio.
La casa, aunque no es muy grande, está diseñada de forma espaciosa, lo que permite que una familia pueda convivir en armonía.
Los portaretratos colmados de momentos de Satoshi, que se encuentran esparcidos por toda la casa, capturan la atención de cualquier curioso, aumentando el deseo de Gou por descubrir qué ha pasado durante todo este tiempo con el azabache.
Hasta que, de repente, Gou es arrebatado de sus pensamientos cuando escucha a Satoshi pronunciar su "nombre".
- Tokio, ¿te gustaría explorar la isla? - pregunta el azabache con un brillo fascinante en sus ojos.
Gou puede verlo, puede sentir esa emoción palpitar en sus ojos, y en ellos se refleja a sí mismo.
Esos mismos ojos, los recuerda de algún lugar... por supuesto, fue en el primer día que se encontraron, el día en que su conexión amorosa quedó sellada en el pasado.
- ¿Cómo te llamas?
Puede recordar a la perfección la voz del azabache, mirándolo fijamente mientras espera que estreche su mano con la suya.
En este momento, lo vuelve a ver, pero siente que algo es diferente. ¿Por qué? ¿Será acaso que ya no es el mismo?
- Creo que Tokio debe estar cansado - comenta Serena con tono burlón - deberías dejarlo descansar.
- ¿Es cierto? - pregunta Satoshi, con un atisbo de desilusión en sus ojos.
Gou reacciona, lamentablemente Serena ha jugado con la mente del azabache.
- Yo...
- Podemos aprovechar para ir a buscar mi vestido, ¿No crees? - la voz chillona de Serena genera un leve malestar en los oídos del moreno.
- ¿Un vestido? - inquiere el moreno, sintiendo una curiosidad intrigante.
- Oh, cierto... - ríe la chica, Serena, con una euforia palpable - Satoshi y yo nos casaremos la próxima semana - anunció, irradiando felicidad.
