Han pasado años desde la última vez que Gou vio a Satoshi. Ahora, lleno de culpa, frustración y en una profunda depresión decide olvidar aquel horrible pasado que lo rodea.
Gracias a su inteligencia y a su pasión por los Pokémon, es como logra conve...
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Pasadas las doce de la tarde, Gou estaba analizando unos documentos que le habían pedido revisar.
Quedó fascinado al darse cuenta de que contenía información sobre un nuevo Pokémon que fue descubierto días atrás. Se especuló que se trataba de una nueva especie, pero hubo una excepción significativa.
Gou estaba lleno de preguntas. Le sorprendió no haber oído hablar de la nueva especie antes de esto.
Si le preguntaran a Gou sobre su ética de trabajo, respondería que era un trabajador diligente. Fue un trabajador diligente desde el momento en que comenzó a trabajar en el laboratorio. Siempre hacía el trabajo y lo hacía con entusiasmo. Aunque a decir verdad, no era lo mismo trabajar en el laboratorio sin el profesor Cerise.
Cerró la carpeta que estaba leyendo y tomó otra del montón de portafolios que había acumulado.
Su interés por conocer más sobre aquel nuevo Pokémon fue tanta que ignoró por completo las constantes llamadas provenientes de su teléfono. Según la poca información, provenía de una nueva región poco estudiada, conocida como Alola. Se trataba de un archipiélago compuesto por cuatro islas y cada una tenía un nombre diferente.
El motivo por el cual se desconoce mucho de aquel lugar eran los constantes remolinos y tormentas que rodean las islas, provocando que muchos barcos y aviones terminen perdiéndose.
Parecía un lugar totalmente enigmático.
—¿Sigues aquí? —Levantó la mirada luego de escuchar a su compañero de trabajo.
Tsurugi, al igual que él, era un aprendiz dispuesto a convertirse en un investigador Pokemon.
Los dos habían sido asignados como compañeros de trabajo y realizaban investigaciones que aportarán información al laboratorio.
Era un gran amigo. Compartían el mismo sueño, lo que los hizo bastante cercanos a pesar de que aquel joven de iris rojos tenía un carácter bastante serio. Pese a eso, era una persona la cual, el moreno consideraba valiente y determinada.
—Esto es bastante interesante, ¿lo has leido? —Cuestionó mientras le acercaba uno de los documentos que contenían información sobre la nueva especie de Pokemon.
—¿Pyukumuku? Que nombre más difícil de pronunciar —Comentó y cerró la carpeta sin el mayor interés.
—Es de la región de Alola, es difícil ir a ese lugar —dijo, emocionado.
—¿No te has puesto a pensar por qué tienes tantas carpetas sobre eso? —El moreno levantó la mirada y negó con la cabeza.
—Pues leer esta información, ¿no? No es una tarea tan difícil después de todo —Dejó el portafolio a un lado y se levantó de su asiento, dispuesto a prepararse un café.
—No, se te asignó la tarea de ir a la región de Alola para recabar más información, ¿No te enteraste? —Mencionó, observando con detenimiento al joven moreno, el cual terminó escupiendo el sorbo del café que había preparado hace unos instantes.
