12. El enigma de la caja maldita

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El cerrojo comenzó a moverse de forma lenta hasta que un ligero ruido comenzó a escucharse, la puerta estaba siendo abierta

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El cerrojo comenzó a moverse de forma lenta hasta que un ligero ruido comenzó a escucharse, la puerta estaba siendo abierta.

Pero esta solo se abrió un poco, dejando a un Satoshi algo confundido.

¿Por qué no había sido abierta? ¿Estaban escondiendo algo?

- ¿Hola? - preguntó, asomándose un poco por la pequeña abertura - Traigo tu cena... ¿Gou?

Lo que no sabía es que detrás de aquella puerta se encontraba Gou, con las manos tapando su boca. Se sentía sorprendido, no se esperaba que Satoshi lo estuviera buscando, ¿Desde cuándo había llegado?

Pasaron unos segundos y la gran curiosidad del azabache lo domino por completo, por lo que, con cierta delicadeza, comenzó a empujar la puerta para poder entrar.

Esto inmediatamente lo noto el moreno, que sin hacer la más mínima fuerza, siguió avanzando detrás de la puerta mientras estaba siendo abierta.

Poco después, el azabache entro a la habitación. Miró por ambos lados, cuestionándose si esto se trataba de alguna broma por parte de Mallow o quizás, en esa habitación vivía algún Pokémon de tipo fantasma.

La primera opción era la más creíble.

Pero, ¿Qué se suponía que haría con toda esa comida?

Se preguntó mientras observaba la bandeja llena de comida que cargaba entre sus manos.

Gou, por su parte, intentó controlarse. Su corazón seguía latiendo con más fuerza mientras más pasaba el tiempo.
Sentía que estaba a punto de tener un paro cardíaco.

El joven de tez blanca, indignado, dejó la bandeja a un lado de la mesita de noche. Dispuesto a irse, noto algo en particular que rápidamente le llamo la atención.

Sobre la mesita de noche, yacía un portaretrato, que ¿Tenía una foto de él?

El azabache tomó el portaretrato entre sus manos, contemplando la foto con más detenimiento. Estaba claro, era él.

¿Por qué habría una foto de él en esa habitación?

Recuerda ese lugar, aquel campo de margaritas le resultaba demasiado familiar. Era como si, ya hubiera estado ahí.

Gou seguía mirándolo, cada detalle, cada movimiento que realizaba el azabache dentro de su habitación, poco le importaba que esté estuviera husmeando en ella.

Solo, quería la valentía suficiente para salir de su escondite.

Pero, en ese mismo instante, notó que Satoshi comenzó a buscar algo dentro de los bolsillos de su short.

De esta, sacó una pequeña foto, muy parecida a la que estaba en el portaretrato, con la diferencia de que estaba quemada casi en su totalidad.

- Es la foto completa - dijo el azabache, viendo ambas fotos - ¿Cómo es esto posible?

Un Amor De Euforia | Trilogía 2 | SatogouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora