Capítulo 11

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//𝐓𝐨𝐦'𝐬 𝐏𝐨𝐯//

Tenía la respiración acelerada cuando me deje caer de espaldas en la cama a un lado de Mena, su pecho subía y bajaba al igual que él mio. Estaba completamente sonrojada, desnuda y agitada. Sinceramente no pude evitar sonreír orgulloso por saber que esta así por mi.

– ¿Qué hora es? - preguntó con voz de hilo.

Mire al reloj que estaba en la mesa de noche.

– Las cuatro de la mañana - la mire de nuevo - Aún podemos con otra ronda.

Soltó una risita y me dio un zape. Alcance a tomar su mano y la jale hacia mi dejándola arriba mio, mirándonos. Se siente tan bien su cuerpo contra el mio.

– ¿Aún no te cansas? - me preguntó con una sonrisa en los labios.

Se veía tan hermosa con el pelo desordenado y algunos mechones alzados. Con mis dedos se los acomodé.

– Para ti, espero que nunca.

– No se tu, pero estoy satisfecha con estas dos - suspiro - Tengo hambre.

– Creí que habías tomado algo del refrigerador cuando llegamos.

– Oh créeme que si lo iba a hacer, pero dicho chico con trenzas se vómito antes de venir y me quitó el apetito - masculló.

Sinceridad ante todo, aunque no la culpaba.

– Tomaré esto prestado - se levantó para tomar mi playera.

– ¿Mi playera? ¿Para qué?

– No pienso andar por el departamento desnuda, trenzitas.

– Todos están en casa de Gise.

– Tú estás aquí.

La mire ofendido, se vistió con mi playera. Y tomó camino hacia la cocina, mis ojos se fueron hacia su lindo y redondo trasero.

– ¡Deja de mirar mi trasero!

– ¿Cómo sabes que lo hago? - dije sorprendido.

En eso se detuvo y volteó a mi.

– Lo acabo de confirmar - volvió a girarse, mientras escuchaba su risa.

Escuché como abría el refrigerador, me estiré en la cama y me incorporé. La cama era un total caos, la ropa de Mena estaba regada por todo el cuarto. Sonreí y recordé que dicha pelinegra solo llevaba mi playera encima, una tercera ronda no vendría mal.

Me paré de la cama y sin vestirme tomé camino a la cocina. Mena estaba aún buscando qué comer en el refrigerador, me apoye en el marco de la entrada y ella me miró de reojo.

– ¿Disfrutas la vista? - le dije coquetamente y ella se sonrojo.

– ¿Qué..?

No termino de hablar ya que la tome de la nuca para atraerla y besarla. Noté que sonreía bajo mis labios al sentir que la cargaba y la dejaba sentada en la encimera. Ella pasó sus manos por mi espalda profundizando el beso y yo tomé el pliegue de la playera para subirla, pero me detuvo.

𝐎𝐂𝐄𝐀𝐍'𝐒 𝐁𝐋𝐔𝐄 // 𝐓𝐎𝐌 𝐊𝐀𝐔𝐋𝐈𝐓𝐙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora