Alguna vez leí que uno vuelve siempre a viejos sitios donde amó la vida.
Es así, uno siempre vuelve.
Volvemos a lugares donde nos sentimos acogidos, volvemos a las personas que amamos y nos hacen sentir amados,volvemos a hacer las cosas que en algún...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
･☆･———————————————･☆･
// 𝐌𝐞𝐧𝐚'𝐬 𝐏𝐨𝐯//
Había pasado ya tres semanas desde la noche que estuve con Tom, no lo he visto en estos días ya que pasamos tiempo con la familia e iniciamos con la gira. Aún estábamos en México y admitó que extraño a los chicos.
Tuvimos unas grandes presentaciones en algunas de las ciudades de nuestro país.
– Mena, es hora de salir - Gise me miraba desde la puerta. Dejé mi teléfono de lado y empecé a seguirla.
Mi amiga solo me dio una sonrisa cerrada y volvimos a nuestra realidad, tomé mi guitarra y empecé a subir al escenario.
– ¡Hola Monterrey! - la voz nuestro vocalista se escuchó y provocó sin fines de gritos.
Llegamos al momento más esperado de la noche, todos estaban impacientes por escuchar mi solo en Take Me Away.
Don't wanna grow up (No quiero crecer)
I wanna get out (Quiero salir)
Hey, take me away (Oye, llévame lejos)
I want to shout out (Quiero gritar)
Take me away, away (Llévame de aquí)
Away, away, away (Lejos, lejos, lejos)
Round and round, here we go again (Vuelta y vuelta aquí vamos otra vez)
Same old story, the same old end (La misma historia de siempre, el mismo final de siempre)
Turn my head and turn back again (Gira mi cabeza y volver atrás de nuevo)
Al voltear a la primera fila lo vi, con su sonrisa de lado y piercing. No pude evitar mostrar una enorme sonrisa.
– Al parecer nuestra querida guitarrista tiene toda su atención en la primera fila - todas las chicas gritaron al escucharlo - Chicas, saluden a nuestro sexy Tom.
La cámara se dirigió hacía el chico de trenzas haciéndome sentir mis mejillas rojas. Él se limitó a sonreír a la cámara.
Nos despedimos del público y al llegar al camerino vi al antes nombrado y me lancé a sus brazos, envolviendo mis piernas en sus caderas e iniciando un hambriento beso.
– Hola nena, te extrañé - se separó de mi mirándome a los ojos y me sonrió.
– Yo no trenzitas - conteste y soltó una risa ronca. Y en eso estampó nuevamente sus labios en los míos.
