Capítulo 18

172 14 0
                                    

Llegó la mañana y apenas había dormido. Me sentía culpable por lo que había hecho. Jorge parecía en peor estado que yo.

Se le veía con ojeras y tenía los ojos rojos. Tenía la mirada algo perdida.

-Buenos días Rosa... Acabemos rápido con lo de Jared. No quiero tener un cuerpo en casa...

-Digo lo mismo... Apenas he logrado dormir.

-Yo he tenido pesadillas toda la noche. Arceus... Sé que se merecía la muerte, pero... Se siente horrible...

-Lo sé...

-No quiero hablar más del tema. Vamos.

Salimos de casa y ambos arrastramos los cuerpos a la antigua base del Team Star. Algunos pokemon salieron, ya todo el bosque está al tanto de lo que pasó. Nadie hablará. Me siento más tranquila con eso.

Fuimos a una esquina de la base donde estábamos seguros que no se expandirá el fuego y Jorge revisó en los bolsillos de Jared.

-No tiene demasiado. Hay una ultra ball, tabaco, agujas con... ¿Qué será esto?

Me acordé de lo de ayer.

-Jorge. Ayer Jared se las estaba pinchando en el cuerpo.

Jorge se quedó pálido con mi afirmación.

-Quememos entonces eso también.

-¿Por qué?

-No conozco lo que es, pero en la academia Uva nos hablaron de ellas. Son sustancias que se inyectan directas a la sangre y... Son completamente ilegales en todas las regiones.

-¿Por qué lo son?

El tragó saliva. Parece que le incomoda ese tema.

-No sé lo que causan pero hace que las personas que lo consumen, ¿Cómo decirlo? Vean el mundo como algo muy agradable, pero lentamente te consumen el cuerpo y la mente. Al final sólo puedes pensar en eso. A juzgar por el aspecto de Jared tomaba otras cosas.

Me fijé en su cuerpo, sabía que no podía tener más de 30 años, sin embargo su cuerpo parecía tener fácilmente 60 o 70.

-Quememos los cuerpos. Me está dando náuseas ver a este tipo.

Le asentí a Jorge. El agarró una cerilla y su mano estaba temblando incontrolablemente, me di cuenta que yo también estaba increíblemente nerviosa. Las cosas que tenía las dejamos enterradas. Jorge tenía miedo de que pudiesen ser inflamables.

Con cuidado agarré la mano de Jorge con mi pata. Se calmó un poco. Encendió la cerilla y la echó al cuerpo del Zoroark.

-Solamente hace falta traer algo de material seco... Rosa. ¿Podrías traerme algo de madera seca?

Le asentí. Sentía cómo el corazón me latía demasiado rápido y salí corriendo. No me fue difícil encontrar madera. Agarré muchas ramas y se las llevé a Jorge. El las echó al fuego y nos quedamos viendo cómo el fuego hacía su trabajo.

-Rosa. ¿Hemos hecho lo correcto? Ese hombre verdaderamente no tenía corazón. Pero... ¿Está bien haberle arrebatado la vida?

Me sentía horrible. No por Jared y su pokemon sino por lo que hemos sido capaces de hacer. Empecé a llorar un poco abrazando con las patas un poco la bufanda que me hizo Jorge.

-Y-Yo no lo sé... Pero siento q-que sí le hubiésemos dejado vivo no habría parado. ¿Sabes las barbaridades que le hizo a mi madre? ¿Las que intentó hacerme?

Me miró muy sorprendido Jorge.

-¿Te intentó poner la mano encima?

Le asentí llorando un poco más.

El placer de la iraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora