METANOIA // Minsung

dos - Engaño

Al día siguiente Minho debía de verse con sus amigos para platicar lo sucedido con el dichoso trabajo, por alguna extraña razón el señor Han le pidió no ir ese día, así que aprovechó para tomar un café con ellos cual señoras millonarias.

Los chicos ya estaban en la cafetería y claro, ya habían ordenado para cuando él llegó; Entró con una sonrisa saludándolos con su mano mientras se acercaba a ellos.

—Pero miren quien tenemos aquí —dijo changbin.

—Siéntate, siéntate!

Jeongin le hizo un espacio en el sofá en el que estaba sentado junto con Felix.

—Y bien...Cuéntanos TODO —chan remarcó la última palabra.

—La verdad es que me sentí bastante incómodo, pero no por culpa de ellos, si no por el barrio en el que viven —hizo una mueca— Todas las casas son literalmente mansiones.

—Mierda —el rubio dijo sorprendido.

—¿Y ellos como son?

—Bueno, hay una nana creo que le dicen así —frunció el ceño confundido— Ella fue muy amable todo el tienpo que estuve ahí, igual el señor, es muy encantador.

—Estás a punto de convertirte en padrastro —changbin susurró.

—Siempre tienes que salir con una idiotez pero esta fue grande —el pelinegro con ojos de zorro golpeó fuerte su cabeza.

Sólo soltó un gemido de dolor mientras acariciaba su cabeza.

—Era una broma!!

—Pues tus bromas son estupidas bin —lix lo quería matar con sólo la mirada.

—Como decía, el padre me trató súper bien, como si fuera uno más de la familia —sonreí un poco— Pero todo se fue al carajo cuando me tocó conocer al hijo.

Todos dijeron un "Eh?" al unísono tras escuchar lo que el peli castaño acababa de decir; La mesera llegó justo a tiempo con las bebidas y postres que habían ordenado antes de que él llegara. Bebieron un poco antes de proseguir con la plática.

—Es un idiota —dijo entre dientes— Tenía ganas de golpearlo con mis propias manos y lanzarlo de su ventana.

—Que dices Minho —el rubio dijo asustado— Entendemos bien que eres un hijo de puta pero, no creo que sea para tanto.

—Lo es —miró a felix— Es un completo imbecil, no lo soporto, ni creo hacerlo —suspiró y bebió un poco de su café— Aunque...Por un momento sentí lástima por él, en la posición en la que está debe ser bastante difícil lograr salir...Pero todo se puede si se quiere, caí en cuenta que él ya no tiene ganas de salir adelante.

—Osea, que quiere morir? —jeongin ladeó su cabeza.

—Exacto, por lo que leí e intuí, tuvo varias alertas de atentar contra su vida —comió un poco de su pastel— Hablé con él y creo que fue la conversación más profunda que he tenido en la vida, bueno, ni con ustedes he hablado así.

—¿Tanto? —el pelinegro expandió sus ojos.

Sólo asintió con su cabeza mientras bebía de su café.

—Vaya, digamos que por fin alguien sacó su lado tierno y amable.

—Te juro que te voy a partir el culo si sigues hablando mierdas changbin.