—Lo juro. Después de eso se fue sin mirar atrás —dijo Angel sentado frente a su monitor. Vestía una camisa blanca y de la espalda le salían dos alas emplumadas que, de tanto en tanto, se mecían como si tuvieran vida propia. También tenía un halo brillante encima de la cabeza, y la delgada varilla que lo conectaba a la diadema era lo único que rompía la fantasía de que era un ángel de verdad—. ¿Debí pedirle el número? Es que yo creo que no le caigo bien. Ya, se corrió pero... Ay, no me baneen, por favor. Escribir correos es tedioso. Y co... eso, es algo fisiológico —Angel se inclinó sobre la pantalla para ver mejor los comentarios—. «Angel sabe palabras». Gracias, esa me la enseñaron ustedes. «Angel, saca la lengua frente a la cámara como lo hiciste para el Wild Raven» —leyó en voz alta y suspiró. Apuntó con el rostro hacia la cámara, cerró los ojos y sacó la lengua. Después se reclinó en la silla y siguió hablando mientras jugueteaba con un mechón de su cabello—: En fin, que yo quiero un novio que me pregunte cómo estoy. No me escriban para quedar si no van en serio, ¿sí? Lo digo de verdad. No sean malos.
Aki pausó el vídeo y cambió de ventana en el navegador. Se restregó la cara con la palma de la mano y volvió a ver las escenas que había grabado con Shizuku un par de semanas atrás. El vídeo se había estrenado hacía apenas una semana. El equipo de edición de Watanabe había hecho un buen trabajo protegiendo su identidad en todo momento, pero él no se dio cuenta hasta la tercera o la cuarta vez que lo vio. Durante las primeras reproducciones se había distraído demasiado con la cara de Shizuku, demasiado pequeña y delicada en contraste con su polla y sus manos morenas.
Aki ya se había corrido varias veces viendo ese vídeo.
Al principio dijo que lo vería por curiosidad, por comprobar el resultado final, pero acabó tan metido en las imágenes y tan hipnotizado por los ojazos avellana de Shizuku y sus lánguidas pestañas que bajó la guardia y tuvo una erección. En ese momento dijo que no se tocaría viéndolo porque por algún motivo le parecía irrespetuoso y porque a él no le gustaban los tíos. Sin embargo, esa misma noche acabó haciéndolo mientras pensaba en Shizuku. Aunque empezó fantaseando con otra cosa, su mente pronto viajó al recuerdo de esa boca rodeando su miembro. Intentó justificarlo diciéndose que era normal porque antes de aquello llevaba bastante tiempo sin tener sexo y porque en cualquier caso había sido una mamada increíble, fuera obra de un tío o no, pero al día siguiente no pudo aguantarse y se masturbó viendo el vídeo.
Aki pensó que había perdido toda la disciplina que lo caracterizaba. Llegó a pensar que todo el control que creía tener sobre sí mismo, sobre sus pensamientos y sus acciones, era falso, y que en realidad no era muy distinto a su hormonal compañero de piso. Denji dejaba sus revistas porno y los papeles usados tirados por el salón y Aki lo detestaba, pero ahora era él quien había acabado vaciando su propia caja de pañuelos en unos días.
Su mayor metedura de pata fue la de buscar a Shizuku en internet. No fue difícil dar con él, el chico usaba su nombre real, así que Aki llegó enseguida al canal que tenía en una plataforma de streaming y a su perfil en una web de fotos y vídeos para adultos. Esta última estaba bloqueada a menos que se pagara por el contenido, por lo que Aki, en un intento por preservar la poca dignidad que le quedaba, la descartó y empezó a bucear entre los cientos de directos guardados que había hecho Shizuku en la otra página. Para ello se registró con un nick que no diera pistas de su identidad, y ese mismo día, al abrir el último vídeo que había subido, descubrió que lo mencionaba a él como «Wild Raven». Shizuku lo había emitido dos días atrás.
En ese momento Aki tuvo un arrebato: tomó su teléfono, se descargó la app de contenido para adultos en la que Shizuku estaba registrado, pagó la suscripción para acceder a su perfil y se perdió entre las cientos y cientos de fotos de ese chico en poses sugerentes con disfraces sexys y hasta con lencería femenina, pero en ninguna salía desnudo, ni siquiera en los vídeos.

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Out of touch
FanfictionAki se ve obligado a realizar un trabajo vergonzoso y poco convencional, pero ese será el menor de sus problemas cuando descubra quién será su compañero...