Mientras tanto: Lucas.
Todo en el exterior es una jungla, puedo oírlo, gritos aberrantes y lágrimas de cocodrilo en personas que nunca les importó la vida de esa bruja. Me pregunto, ¿Cuándo dejarán de lamentarse? ya estoy cansado de escucharlos fingir dolor, tontos ineptos, solo harán que me sangren los oídos, o mejor aún, yo debería salir y arrancarles esas lenguas de víboras, no me extraña en lo absoluto si la mitad de ellos habló mierda de esa señora. No saben que es el verdadero dolor, ¿Tienen idea de lo que significa el horrible sabor de un trago amargo? No, no hay manera de que lo hayan experimentado.
Saldré un momento, alguien debe hablar con esos entrometidos policías—mencioné entre gruñidos, ya que es un completo fastidio responder a sus estúpidas preguntas.
—¿No te asusta que tal vez un mínimo ruido mío pueda alertarlos? —preguntó con una tonta risa burlona en su rostro.
—¿Es en serio? Porque todavía no puedo creer lo imbécil que podrías llegar a ser, Dylan ¿Tienes idea de lo que podría pasar si me haces enojar? —me acerco lentamente a él con postura intimidante.
—Si, detonarás esa bomba y ...—No puedo continuar escuchando sus diálogos banales con poca creatividad de lo que podría ser su destino.
—Cierra tu boca o yo lo haré colocando una rata en ella ¿De verdad crees que es así de sencillo? Claro, refiriéndome a tu muerte, no al detonador, porque eso podría hacerlo hasta un niño—le expliqué que su muerte no sería aburrida, sin embargo, Dylan continuó mostrando confusión ante mis palabras.
—Para ser honestos, no estoy comprendiendo tu punto, Lucas—respondió muy confundido.
—Creo que no tienes la suficiente imaginación como para crear una escena violenta en tu cabeza, una en donde te torturo hasta la muerte, con altos niveles de salvajismo y mucha sangre derramada ¿Eso te dice algo con respecto a tu posible destino? —pregunté al mismo que rozaba una afilada cuchilla sobre su mejilla.
Puedo ver la respuesta en su pálido y aterrado rostro, sus piernas tiemblan al igual que sus brazos, no cabe duda de que es un cobarde, no obstante, a pesar de su desmesurado nerviosismo, no me quita de encima esa mirada desafiante y llena de ira.
Continúa viéndome como quieras, júzgame desde lo más profundo de tu alma y suelta todas esas aberraciones en mi cara, adelante, quiero oír lo que el verdadero Dylan tiene para decirme—me coloqué junto a la salida en la espera de una respuesta inteligente y coherente.
Para ser sincero, si tengo algo que decirte—levantó la mirada y reemplazó aquella expresión de nerviosismo por una aterradora sonrisa, espera, está tramando algo peor.
—¿Bien? Adelante, di lo que tengas que decir—respondí. Sin bajar la guardia en ningún momento, mantengo el puño cerrado listo para borrar esa tonta sonrisa de su rostro.
—¡Muérete! —expresó con odio. Acto seguido, Dylan empezaría a morder su lengua hasta el punto de sangrar, una cantidad considerable de sangre cubre el torso de Dylan, la hemorragia no se detiene y los oficiales de policía muestran inquietud por la tardanza.
¡Idiota! ¿Qué crees que haces, Dylan? Esos policías entraran dentro de poco sino respondo al llamado—entré en desesperación y tomé la cinta adhesiva para cubrir su boca, sin embargo, eso no será suficiente, el inepto podría morir ahogado con su propia sangre.
El pálido color de la cinta adhesiva se tiñe de rojo, y sus glóbulos oculares parecen querer saltar de sus cuencas, por otro lado, los agentes continúan golpeando con fuerza la puerta, pero que situación para más desesperante e incómoda, así que ignoraré por un momento a Dylan e iré hacia la entrada.
—¿Cree usted que somos vendedoras de galletas como para hacernos esperar tanto? —preguntó uno de los agentes.
—De verdad lo lamento, pero como pueden notar, estoy imposibilitado de un brazo, así que no es tan rápido salir del baño en estas condiciones—expliqué y estiré mi brazo con intención de saludo.
—No creo que eso sea relevante, pero si la siguiente pregunta, señor ¿Conocía usted a la señora Amanda y como era su relación con ella? —el otro agente preguntó con un tono bastante serio.
—Nunca llegué a conocerla tan bien, pero lo poco que le puedo decir es que era una gran mujer que se preocupaba por su nieto, y con respecto a mi relación con ella, no era más que vecinos conocidos, de verdad es una pena que haya terminado así—respondí.
—Bien, tal parece que su testimonio concuerda con el resto de los vecinos, pero continuaremos investigando hasta dar con el culpable, sin embargo, tengo una última pregunta para usted ¿Cómo se lastimó el brazo? —el agente no me quita esa mirada juzgadora de encima.
—Nunca he sido tan bueno para las labores domésticas, ya que desde el fallecimiento de mi esposa toda la responsabilidad es para mí, así que un desafortunado día intenté limpiar el ático y resbalé, producto de tal aparatoso suceso tengo esta lesión—respondí con absoluta confianza.
—Me temo que ya no tenemos preguntas para usted, señor, pero caso contrario lo estaremos visitando de nuevo ¿No tendría problema alguno para recibirnos o sí? —continúan poniéndome a prueba, sin embargo, mi respuesta se mantiene concreta y serena.
—En efecto, caballeros, no tengo ningún problema con recibirlos y responder sus dudas—respondí con la intención de finalmente convencerlos.
Los agentes solo asintieron y se marcharon, pero antes de eso me facilitaron sunúmero telefónico, dieron la indicación de que me comunicara con ellos en casode saber algo con respecto a la señora Amanda, si claro, como si algo tanestúpido me interesara. Por otro lado, Dylan parece estar fuera de peligro conrespecto a su hemorragia, menos mal, de lo contrario no tendría en donde ocultar a semejante idiota
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EL CADÁVER DE MARGARET
HorrorUn joven esposo llamado Lucas pierde la cordura ante el desgarrador desenlace de su esposa Margaret. Aferrado a la idea de no dejarla ir, Lucas se ve envuelto en una serie de sucesos aterradores e inquietantes que lo sumergen en la locura y la deses...