Cap. 2 Un Vaso

296 17 4
                                    

Si! Para poder comer en esta casa tienes que ganartelo. Así que a las cinco de la mañana tendrás que estar empezando con la limpieza, se empieza de arriba y terminas abajo, si terminas a tiempo, te ganas el desayuno.
Después del desayuno está lavandería, y después del almuerzo estaría el jardín para que te ganes la cena.- termina de decir Aidy. Y yo No lo creo, una parte de mi quiere creer que es una broma, pero no tiene la más mínima intención de hacerlo.

Creo que que prefiero morir de hambre, pero ni porque lo intentara podría terminar todo lo que me dice en un día.

-Espero que todo te aya quedado claro! Y hoy no hay cena, ya comiste en nuestra boda.- termina de decir, se gira y va en dirrección a los escalones.

-Buenas noches Martha.- logramos escuchar cuando desaparece entre los escalones.

-Buenas noches señorita.- le responde Martha.

Yo solo veo a la señora Martha, con cara de que me dijera que era una broma, pero ella no lo hace.

-Lo siento señorita. Buenas noches.- dice con una voz muy baja y se retira dejándome sola.

Esto es una pesadilla, esto no es cierto.
Entro a mi supuesta habitación y dejo mi maleta en la cama. Aquí no hay ni espacio, no cabe nadie más, apenas si puedo dar vuelta, como es que está camita cupo aquí, si tanto me desprecia, mejor solo me hubiera tirado un pequeño colchón o solo algunas cobijas, todavía fue considerada.

En estos momentos pienso que con mi padre estría mejor.
Me senté en la cama y una tristeza entró en mí. Porqué yo? Que hice mal?
Cuando creí que al fin iba a cambiar mi vida me topo con esto.

Una lágrima resbaló por mi mejilla, después otra y otra hasta que terminé llorando, abrazando mis piernas.

No sé cuánto tiempo pasó y me levanté, me tenía que quitar este ridículo vestido, asi que abrí mi maleta y fue increíble ver que no venia ni llena, no era grande y aún así no tenía casi nada.

Apenas pude encontrar una pijama, dos jeans, unas cuatro blusas y tres sudaderas, es todo.
Ah! También hay un par de zapatos converse. Bueno algo es algo.

Me cambié y me acosté, no llevaba ni un minuto cuando algo golpea mi rostro, el palo de la escoba había caído sobre mí.
Solo esto me faltaba...

Me quedé dormida no se en que momento, en mis sueños si era feliz, soñaba que Aidy me abrazaba y besaba con tanto amor.
Sentía su cuerpo pegado al mío y el como sus manos recorrían mi cuerpo calentandome al instante, mi respiración se agitó.

-Greisy...- escucho su voz en mi oído y me encanta lo sensual que suena.

-Greisy!!!- lo escucho está vez más fuerte que me despierta, termino sentada en la cama y ella parada en el portal de la puerta viéndome muy molesta.

Ella andaba aún con su pijama, todo era transparente, se lograba ver su ropa interior, carajo que sexi se ve, más con ese cabellos alborotado.

Hoy agradecía no a ver sido hombre, porque seguramente ya se me hubiera parado.

-Ya viste la hora! Ya es tarde! Tendrías que estar terminando ya el primer nivel, pero no! Estás aún durmiendo!- me reclama muy molesta.

-Lo siento, no tengo donde ver la hora.- le respondo yo muy tranquila, es que la verdad me encantaba lo que veía.
Pero eso la hace enfurecer mucho más, que la veo tensar su mandíbula. Creo que no le gusta que le respondan.

-Ven!- dice entre dientes.

-Si, solo me visto.- le digo porque me había dormido solo en ropa interior, tenía una blusa, pero abajo ya no me puse nada.

Mi Doctora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora