Cap. 6 Azotea

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Hizo falta un escalón para que bajara completamente y quedará frente a mí.

Me vió por unos segundos a los ojos y después se rió imagino que de mí y por hacerle una pregunta tonta.

-Fué idea de tu padre, agradecele de mi parte si un día lo vuelves a ver.- dice aún con su sonrisa burlona.
Dijo padre y esa palabra no me sorprendía, pero no entendía exactamente a qué se refería con idea de mi padre.

-Él me dijo que si me casaba contigo, no podrías demandarme por hacerte trabajar sin una paga y a veces sin comer.- yo la veo sorprendida.

-Qué!! Me parece una estupidez casarse por ese motivo!- digo molesta.

-No, si lo piensas bien no lo es!- dice con su sonrisa de victoria. Y la verdad si lo pensé mejor y si tenía razón, se ahorra una demanda millonaria.

Y de mi padre no me sorprende, es más le creo que la idea haya salido de él.

-Y cuando podría ponerle fin a esto?- me atrevo a preguntar con miedo a su respuesta.

-Nunca!!- dice y está vez se ríe exageradamente.
Que... El solo pensar que toda mi vida voy a ser una esclava, la tristeza invadió todo mi ser.

-Es broma, será cuando crea que sea suficiente, que lo que le pagué a tu padre sea saldada.
Él estaba tan necesitado y desesperado por conseguir el dinero, que no me pareció mala idea cómprame una esclava para mi casa.- dice más tranquila y al parecer le divierte mis preguntas.
A ella le parece gracioso y a mi me está matando con sus respuestas

tan tranquila mientras se recarga en los barrotes de los escalones.

-Cuánto tiempo?- pregunto

-Mmh unos diez años, quizá!- responde.

-Hasta mis veintiocho años seré libre!- digo sorprendida.

-Qué!! No mi vida! Tú tienes veintisiete ahora.!- dice y yo quedo en shock...

Nueve años de mi vida se borraron de mi cabeza, o quizá más, no lo sé.

-O por si me quiero divorciar antes de tí, estarás de suerte, pero lo dudo!- dice esto mientras volvía a subir los escalones.

Yo me quedé sola bajo esos escalones, no podía creer la conversación que acababa de tener.

Sin ver mi camino y pérdida en mis pensamientos fuí a mi habitación.

Me quedé en mi cama en shock aunque intentaba procesarlo, no era fácil, creo que nunca lo había visto tan así, tantos años sin poder recordar, que hice en todo ese tiempo, que hacía?


A la mañana siguiente no tenía ganas de levantarme, sentía que no tenía caso, siempre termino con lo mismo, me levanté temprano o no.

Me levanté más tarde de lo normal, Aidy obviamente ya se había ido.
Comencé a hacer mi trabajo, y mi parte favorita era el jardín, ahí me entretenía y pasaba el resto de mi día si terminaba con tiempo.

Y como lo dijo Aidy, estaba castigada con la cena, justo cuando cumplió los ocho días tuve el privilegio de poder cenar nuevamente, aunque mi estómago ya estaba acostumbrado a no cenar, así que tuve que empezar a comer por poquito, apenas unos bocados por la noche, hasta que logré comer nuevamente una cena completa.

Así comenzaron a ser mis días, Aidy no me volvió a dirigir la palabra, y en lo más que podía me evitaba. Para mí ya era como que no existía. Aunque seguía admirando su fotografía en su habitación, me encanta verla ahí.

En esa fotografía le puedo hablar tranquilamente, sin ponerme nerviosa, en esa fotografía ella es mi amiga, mi novia y mi esposa.

Entro a su habitación y me pongo a platicar con ella, como si ella me respondiera y me escuchara, se que parezco loca pero es una manera de desahogarme e interactuar con ella.

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