Cap. 5 Senicienta

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Llegamos a su auto y ella entró en el sin decirme nada. Entonces yo me voy caminando supongo.

-Que no entiendes que ya es tarde!! Súbete!!- me grita desde su auto, cuando me ve ahí parada.

No lo pensé más y abrí la puerta trasera, ella no dijo nada como para que me subiera a su lado como copiloto.

Así que me subí, y ella arrancó, el trascurso del camino fue muy silencioso como siempre.

Yo no podía dejar de observar el anillo en mi dedo, son de matrimonio. Este es plateado y en su alrededor tiene muchas perlas, no puedo creer que esto también me quedara a la perfección.

Es un anillo de ensueño de toda mujer casada.
Me estiré para ver sus manos al volante y ella también tenía uno igual.

Definitivamente hoy no hay ninguna duda de que no estemos casadas, ella no me puede negar en ningún momento.

Aunque al parecer es ella quien lo quiere hacer ver de esa manera, porque me lleva al aniversario de su trabajo, muy elegante y me colocó el anillo. Entonces es ella la que me quiere presumir.

En un momento a otro el auto se detiene, creí que habíamos llegado pero estábamos en medio de la carretera y no había nada.
Capaz que me va a dejar aquí tirada en la nada. El miedo invadió todo mi ser.
Ella es capaz de todo.

-Pásate al frente!- dijo y no era pregunta.

Sus palabras me dejaron pensado, y si no es cierto, y si solo quiere que me baje y se va.

-PERO DATE PRISA!!- me gritó esta vez.
Entonces no tuve de otra que bajarme muy lento, pisé el pavimento y ya me había hecho a la idea de que me quedaba aquí.

Pero no, el auto no se movió, así que abrí la puerta del copiloto y entré, ni bien me había acomodado ella ya había arrancado.

Estaba tan cerca de ella, eso me ponía nerviosa, e incómoda, casi ni me movía, mi vista estaba al frente, de reojo la veía de ves en cuando. Ella estaba muy seria y apretaba con fuerza el volante.

Creo que se pone nerviosa con mi cercanía. Una sonrisa se me escapó por mis pensamientos tontos. Pero imagino que está nerviosa por el evento y pues me lleva a mí, soy un problema.

Al final se estacionó frente a un gran edificio blanco.

-Wow!- dije sin pensarlo, y siento la mirada de Aidy, ella me estaba viendo raro. Creo que le parecí alguien tonta, asombrada de un hospital.

-No te vayas a bajar!- me ordena, mientras ella se quita el cinturón.
No entendí del porqué me pidió eso, pero obedecí.

Me quité el cinturón de seguridad y ví atravez de la ventana, habían muchas personas también bajando de sus autos, creo que le doy vergüenza por eso no me dejó bajarme.

Cómo los vidrios de su auto son polarizado no me pueden ver.

Eso estaba pensando cuando veo que abre la puerta de mi lado y extiende su mano. Que!!!
Quiere que tome su mano para bajar?

No lo hice, supongo que es una broma, asi que intente bajar sin tomar su mano. Pero no me lo permitió.

Entonces no me quedó de otra que tomarla, ella me la sostuvo y me ayudó a bajar. Me pareció un gesto tan lindo de su parte.

Al instante que salgo del auto y Aidy cierra la puerta se acercaron unos chicos.

-Jefa, al fin conocemos a su esposa!- dice uno de los chicos, Aidy aún no me a soltado la mano.

-Y si es linda como dicen todos.- sigue el chico y ella no dice nada.

-Son practicantes amor, ya sabes cómo son!- dice Aidy viéndome mientas me regala una sonrisa.
Yo no entiendo, yo también sonrío pero sin entender que papel tenía que jugar aquí.

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