Cap. 13 En otra Vida

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-Fiebre? Que no!- lo niego pero al instante me arrepiento. Si no tengo fiebre entonces cuál va a ser mi excusa del porqué mi cuerpo está hirviendo.

-O sea sí, peor como si te importara lo que me pasa.- lo arreglo rápidamente.

-Claro que me importas.- dice y está vez su mano va a mi muslo casi cerca de mi rodilla.
En estos momentos siento que su mano en esa zona era como si quemara y calentar mucho más mi cuerpo, las imágenes de ella desnuda y atada a mi cama viene de nuevo a mi mente.

Temo por su vida y por mi cordura, quizá no pueda resistirme y la devoré en mi presente.

-Si claro! Lo único que te preocupa es que ya no tengas una esclava quién te haga el trabajo en casa y con quién discutir en tus días malos y poder tratarla mal.- le digo y aparto su mano de mi pierna con brusquedad.

-No es cierto! No es así!- dice con una voz baja. Creo que lo esta pensando o dudando.

-Me da igual lo que pienses! Y a todo esto, a que veniste?- le pregunto molesta. Estaba molesta por muchas razones, primera porque tenía tantas ganas de ella y no podía ni tocarla, es mi esposa y tampoco puedo hacerla mía.

-Quería pedirte que te cambies de habitación, quiere que uses una más cómoda y caliente.- dice con una voz apenas audible.

-Y por qué? Porqué ahora sí y antes no, que cambió ahora?- le pregunto muy molesta.

-Por qué te portas así!!!- dice ella alterada y se pone de pie.

-Así como? No dejarme manipular más por tí?- digo pero ella se queda en silencio.

-Es solo que no entiendo. Tú podías elegir entre tomar venganza o volverme a enamorar. Si solo hubieras elegido la segunda opción esta situación sería diferente, totalmente diferente.- le digo y bajo de mi cama, quedó a un paso de ella.
Pero Aidy retrocede, me vuelvo acercar a ella y vuelve a retroceder hasta topar con la puerta.

-Lo disfrutaste?- pregunto tan cerca de ella. Por más que intenté que mis ojos no bajaran a sus labios lo hicieron, mi corazón comenzó a latir a mil. Volví a ver a Aidy pequeña y yo grande, poderosa como me sentía cuando comencé a conquistarla.

Ella no respondía, y solo por hoy disfrutaba su silencio, amaba tenerla así, quieta y nerviosa.

Sus labios me están matando, subí la vista a sus ojos y su mirada era tímida, me estaba clavando las uñas en la palma de la mano para no cometer un error el cual me arrepienta, pero mis ganas y deseos eran mayor que mi auto control.

Me acerqué y terminé con ese espacio entre sus labios y los míos, pero al instante sentí como sus manos me empujaron con fuerza haciéndome retroceder varios pasos.

-Quien te crees para hacer eso!!- dice y nuevamente volví a ver a una Aidy poderosa y grande.

-Eso que tus recuerdos hayan vuelto no quiere decir que algo cambió en esta casa. Tu lugar sigue siendo el mismo!- dice con autoridad y abre la puerta.

-Y respondiendo a tu pregunta.- dice antes de salir.

-Sí, si lo estoy disfrutando!- dice con una sonrisa victoriosa, y sale dejándome con una herida más en el corazón.

Quien me manda a jugar con fuego y preguntar esas estupideces sabiendo ya la respuesta.

No pude dormir en lo absoluto, los recuerdos seguian viniendo uno tras otro, y mi cabeza no procesaba el como había terminado siendo la esclava y a la vez esposa del amor de mi vida, o al menos eso creía que era el amor de mi vida.

Siempre soñé y quice que ella fuera mi esposa, que un día le diera igual lo que la gente pensara y se casará conmigo. Rogué tanto por eso que ahora estoy aquí siéndolo, pero no como lo imaginé, creo que lo pedí mal, tenía que ser más específica.

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