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Se va acercando el final de esta historia, mis amores, y como he visto que últimamente han estado aclamando mucho a Hobie...

¡He decidido que haré un historia con él!

Como tengo el cerebro un poco fundido con Miguel, quería pediros ayuda para esta nueva historia. Comenten qué trama quieren que siga o alguna idea...

Sin nada más que decir, ¡buena lectura! ^^~

•••

—¿Entonces lo volverá a dejar como antes?—preguntó Jess mientras Miguel examinaba el aparato—. Como cuando no llegaba a villano de la semana.

—En un término poco complejo...—me crucé de brazos—. Es difícil de explicar su origen. Mi Peter era muy paranoico y pensaba en todo—dije nostálgica—. Incluso en los problemas interdimensionales antes de morir, parece ser. Dejó un proyecto a medio acababar que... Bueno, finalicé hace un tiempo para entretenerme. La verdad que no pensé que funcionaría tan bien. Bastará con modificar los colisionadores de las dimensiones a las que viajó la anomalía y traerlos hasta aquí para "reabsorber" su poder.

—Tu Peter...—murmuró Miguel—. Lyla, escanea esto. Ya sabes qué hacer.

~Me alegra verte de nuevo, querida.

—Hola, Lyla—sacudí mi mano.

Durante todo este tiempo Miguel no me había mirado ni una sola vez, así que desistí en intentar hacer contacto visual con él.

—Así que...—me sobresalté al escuchar su voz detrás de mí—. Hackeaste los relojes de todos.

—Así es...—balbuceé nerviosa, apartando la mirada—. Qué sorpresa, ¿no?—solté una risita incómoda.

—Ya...

Nos quedamos en silencio, uno en frente del otro sin saber qué decir o hacer.

—Deberíamos irnos—me acerqué al bordillo del edificio junto a Hobie—. Em... Adiós, supongo.

Justo cuando iba a saltar, una mano tomó mi muñeca con fuerza. Me giré hacia Miguel, esperando que dijera algo, cualquier cosa para que me quedara.

Deshizo el agarre rápidamente, soltándome y esperando que saltara.

Se había arrepentido.

—Vámonos, Hobie—musité, sintiendo cómo comenzaban a acumularse las lágrimas.

Hobie asintió y saltó del edificio en dirección al punto de encuentro con los demás.

«Vamos, ______, cuentas hasta tres y si no hace nada te vas»

«Uno...»

«Dos...»

«Haz algo, por favor, Miguel»

Podía sentir los latidos de su corazón golpeando mi espalda. Extrañaba la calidez de sus abrazos y su aliento contra mi cuello haciéndome cosquillas.

—Quédate, ______—dijo en un susurro casi inaudible.

—Quiero hacerlo, Miguel—entrelacé nuestros dedos—. Cuando acabe todo esto prometo que todo seguirá como antes.

—Casi te pierdo frente a mis ojos—reafirmó el abrazo—. _______, vuelte conmigo. Vete a casa, iré a buscarte cuando todo termine.

—¿Y dejar que el resto arriesgue su vida mientras estoy de brazos cruzados?—me aparté indignada—. Pensaba que tenías una mejor imagen de mí.

[] MI DEBILIDAD [] MIGUEL O'HARA X LECTORA []Donde viven las historias. Descúbrelo ahora