[] MI DEBILIDAD [] MIGUEL O'HARA X LECTORA []

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Empecemos por el principio...

Mi nombre es _______ y en los últimos cinco años he sido la única Spider-Woman de mi ciudad. O así fue desde que Peter me cedió sus poderes arácnidos.

Para entenderlo todo, debemos retroceder un poco en el tiempo.

Peter Parker era el único Spider-Man, yo, su pareja. Ambos estábamos muy felices y nos hacía mucha ilusión formar una familia después de tanto tiempo juntos, hasta que finalmente pude quedarme embarazada.

Entonces, lo que debía habernos hecho las personas más felices, resultó en una tragedia.

—¡_______!

Trató de salvarme de aquella caída, pero no llegó a tiempo. El villano arremetió contra mi cuerpo, haciendo que perdiera a mi bebé en el acto.

Estaba desesperada, aún recuerdo esa horrible sensación y todavía puedo escuchar mis gritos desgarradores y la sensación de ardor en mi garganta mientras veía el suelo encharcado de sangre debajo de mí.

Peter logró vencerlo, pero ese día también lo perdí.

—¡Peter!—grité entre un llanto desesperado— No me dejes, por favor—lo levanté, acunando su cuerpo entre mis brazos—. Tú también no...

—_______...—acarició mi mejilla, logrando a penas sostener su brazo en el aire—. Eres fuerte...

—¡No! ¡No soy fuerte!—grité aterrada— ¡No te vayas! No...

—Amor...

Me incliné, grabando cada segundo de la última sonrisa que vi de la persona a la que una vez amé antes de sellar nuestros labios por última vez.

Eso es la única explicación que puedo encontrar a mis nuevos poderes. Porque si no, nada tiene ningún tipo de sentido, ya que tampoco ninguna araña me había picado.

Por supuesto que aún lo extraño, incluso me pasé casi año y medio en una depresión terrible, pero aprendí a lidiar con ello, ahora me preocupo por la seguridad de esta ciudad. Es lo único que me mantiene llena.

A veces sigo teniendo recaídas, toco mi vientre, sintiendo un inmenso vacío en él, pero siempre me levanto y sigo adelante, porque es mi deber como Spider-Woman.

Y eso es todo, después de un breve resumen de mi desesperante vida, todo concluye en que ahora mismo me encuentro al borde de una azotea disfrutando de un bocadillo de huevo, bacon y queso.

Pero nada dura para siempre.

Tuve que dejar mi cena a medias en cuanto divisé una luz cegadora al otro extremo de la ciudad. Me balanceé con mis telarañas hasta la ubicación, asegurándome que todos habían evacuado el lugar, y comencé a investigar.

—¿Qué demonios?

Al asomarme por un montón de piedras, pertenecientes a lo que anteriormente era un muro, vi un ser extraño con apariencia realmente violenta. Estaba claro que no venía de turismo, mucho menos que pertenecía a este mundo, porque tenía un aspecto...diferente, así que me abalancé sobre él antes de que actuase.

—¡Dime qué quieres!—exigí inmovilizándolo— No eres de aquí, ¿de dónde vienes?

—¿Mamá?

Levante la cabeza, desviando mi atención del villano. Una niña pequeña de no más de cinco años se encontraba de pie frente a mí.

—Mami—sollozó.

La criatura atacó, lanzando un ataque de larga distancia hacia la pequeña. Lancé mi telaraña, atrapándola y trayéndola a mí para cargarla en brazos.