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Todos sufriendo en último capítulo...

Un susto no viene mal, mis amores~

Y para para compensarlo, os escribo los últimos capítulos con mucho cariño.

¡Buena lectura! ^^~

•••

—¿Ya hablaste con Miles 42?

—Le llevé a ver a Jeff, como me pediste—asintió.

—Me hubiera gustado ver ese reencuentro.

—Tienes que descansar—insistió.

—Te he dicho que me encuentro mejor.

—Pero no bien del todo.

—¡Miguel!—dijo con reproche—. Ya ha pasado más de una semana. Parece que se te olvida que yo también puedo recuperarme especialmente rápido.

~Yo ya dije que podías volver desde hace días.

—¿Y tú de qué lado estás?—miró a la IA indignado.

—Hasta Lyla lo dice—le miró suplicante.

—No, no hagas eso...—miró a la mujer con advertencia.

—Miguel... Mi lindo Miguel. Mi hermoso y bello-

—Puedes ir—levantó un dedo—. Pero ni se te ocurra ir a misiones tú solita.

—¡Dicho y hecho, jefe!—se levantó rápido de la cama—. ¿Entonces? ¿Nos vamos ya?

—¿A qué viene tanta prisa?

Se acercó a ella, acariciando su mejilla y mirándola con ternura. Esa mirada hizo que el corazón de ______ se alterase mientras veía como se acercaba poco a poco hasta justar sus labios.

Era un beso lento y pasional que en algún momento se volvió salvaje y demandante sobre la cama.

—Miguel...—suspiró pesadamente, tirando se su cabello castaño al sentir pequeñas mordidas en su cuello.

—Me has hecho tanta falta, ______—apretó su cintura, juntándola más a él—. Odio cuando me llevas la contraria—volvió a sus labios para devorarlos con lujuria—. Verte tan molesta conmigo...

Jadeó con fuerza, sintiendo un bulto presionando contra su entrepierna.

—Estás loco—rió con la respiración descontrolada.

—Tú me vuelves loco.

—¿No tienes que ir al cuartel?—soltó un bajo gemido al sentir la erección rozar su entrada sobre su ropa.

—Eso puede esperar—bajó hasta su entrepierna, apretando los muslos ajenos entre sus manos para levantarlos y crear un mejor acceso—. Ahora solo quiero escucharte a tí.

A ella no parecía agradarle mucho la idea. Por su puesto que no se quejaba en absoluto de que Miguel la hiciera ver el cielo pero, a pesar de que el hombre había insistido en bastarle con ver su placer, ______ no se conformaba con ser la única en disfrutar.

—Oye—reclamó al sentir que trataba de cerrar las piernas.

Se apartó, sentándose en el colchón y mirando al hombre como si estuviera analizándolo.

—Está bien si no quieres—levantó sus manos—. A lo mejor me he precipitado y...—vio cómo gateaba hacia él, sentándose nuevamente y deslizando sus manos por su pecho hasta su cuello, volviendo a acercar sus labios—. ¿Qué estás...?—suspiró al sentir los labios de la mujer fundirse con los suyos.

[] MI DEBILIDAD [] MIGUEL O'HARA X LECTORA []Donde viven las historias. Descúbrelo ahora