18: Marcas

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Matias tenia la piel tan blanca, casi identica a la nieve, tan palida que Alejo sentía que se encandilaba cada vez que la veía.

Le pasaban cosas con la piel de Matias, no sabía cuándo habia arrancado esa obsesión pero sabia que le encantaba cuando, debido a cualquier roce o golpe, la piel del muchacho se enrojecia dejando una marca.

Quizas fue aquel día donde Matias se peleó con un contrincante en la cancha, este lo tomó del brazo con algo de fuerza y rápidamente una marca apareció en aquel sector, Alejo no la había visto hasta el final del partido, donde algo en su interior se revolvió pero no le prestó atención, creyó que había sido el enojo por no haber podido defender a su amigo.

Pero estaba equivocado, la sensación volvió a aparecer cuando luego de una noche de verano en la que había concentrado con su amigo, este apareció con el cuerpo lleno de ronchas debido a los mosquitos, y cada vez que se rascaba nuevas marcas adornaban su piel.

Ahora sabía lo que era, Alejo quería marcar aquella piel, él queria ser el que estuviera detras de los colores rojos y violáceos que adornaban el cuerpo del chico.

Se sentía casi como un animal, intentaba controlar sus instintos, él quería dejar marcas en el chico, pero solo sus marcas, nadie más podía hacerlo, se sentía enfermo y posesivo.

Intentaba justificar todo aquello con el hecho de que él nunca fue bueno expresando sus emociones en palabras, entonces en lugar de decirle a Matias que lo queria, que le gustaba, quería llenarlo de marcas que dejaran en claro sus sentimientos.

Alejo había descubierto sus sentimientos por el mayor hace poco, le atraía el chico oriundo de Mar del Plata.

Es por ello que aquella noche se dejó llevar por su mente, Matias habia salido de la ducha y se habia puesto una remera algo escotada que dejaba a la vista su blanco cuello, y como era costumbre y debido a lo cariñoso de su ser, se acurrucó en la cama junto a Alejo a ver un partido de fútbol, pero no sabía que la mente del menor solo podia pensar en él y en su piel.

Poco a poco y de manera inconsciente Veliz comenzó a acercarse al cuello del mayor, Matías se estremeció al sentir la respiración del chico chocar contra su piel y al intentar girar su cuerpo para poder ver que era lo que estaba haciendo el menor, una mano lo sostuvo de la cintura impidiendo que se moviera, y Soule se dejó hacer.

Alejo apoyó sus labios sobre la suave piel del mayor y aspiró el dulce aroma que desprendía el cuerpo del chico mientras sentia como daba un pequeño respingón, abrió su boca levemente sobre aquella zona y tímidamente pasó su lengua por allí, saboreando cada sector de la piel del chico, succionó suavemente y apoyó sus dientes sobre el blanco cuello del muchacho, escuchó un suspiro por parte del chico que comenzaba a temblar en sus brazos y movió su boca, dejando un rastro de besos, hasta debajo del mentón ajeno, cerca de su nuez de Adán, para imitar la acción anterior y dejar una marca.

Una vez satisfecho se alejó lentamente sin despegar su vista de aquel sector, sonriendo orgulloso al ver las pequeñas manchas rosadas que adornaban el cuello del mayor y que pronto serían grandes moretones violetas. Se sentía como un artista admirando su obra.

"-Ale...-"

Susurró una temblorosa voz y al levantar la vista se encontró con un sonrojado Matias que lo miraba con algo, que no supo identificar, en sus ojos, Alejo salió de su ensoñación dandose cuenta de lo que habia hecho.

"-Perdon mati, no se que me pasó... bah en realidad si sé, y es que hace tiempo que me volves loco, que necesito marcarte y mostrar que sos mio, perdón si te incomode-" Dijo algo arrepentido, dando una explicación a pesar de que no se podía justificar.

"-Ale, me gustó mucho, me gusta que me dejes tus marcas-" Contestó luego de un rato Matias, apegando su cuerpo al del menor, escondiendo su rostro debido a la timidez que sentía por admitir aquello.

"-Pero solo si yo puedo dejarte las mías-". Volvió a hablar esta vez rasguñando sin mucha fuerza la piel morena de la espalda del menor, dejando implícito un mensaje que Alejo comprendió.

Alejo no era el unico que amaba la piel del contrario, Matias también quería dejar sus marcas en el menor.






Probablemente este sea el último os que suba en este "libro", quizas siga subiendo algunas cosas pero no acá. Gracias por haber leído, por haberme acompañado y por haber llegado hasta acá, espero que hayan disfrutado de las lecturas <3

One Shots SoulizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora