Matias no era de creer fácilmente lo que veía en las redes, pero como dice el dicho "situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas" y aquel tiktok de una supuesta tarotista que enseñaba a como realizar un eficiente amarre, lo había convencido.
Matías no era inseguro de si mismo, y no creía necesarios todos esos trucos para conseguir el amor, él sostenía que si alguien no te quería por tu forma de ser, entonces no era el indicado.
Eso hasta que conoció a Alejo, el rosarino le había movido el piso desde el primer día, y lo había hecho tragarse sus palabras.
Es debido a eso que ahora Matias se encontraba en la cocina del hotel, esperando que se hicieran las 3 am para poder volcar sal sobre una vela roja, Valentin lo habia llamado loco cuando le pidió ayuda para conseguir una vela de ese color, pero aún así se la habia dado. Soule esperaba y rezaba que nadie se despertara a esa hora, sería algo difícil de explicar si alguien lo veía haciendo eso.
Salió de sus pensamientos al ver el reloj marcar la ansiada hora y empezó el amarre, para luego finalizar recitando "Amarro a Alejo Veliz a mi ser", Matías sentía sus mejillas arder, era tan vergonzoso lo que estaba haciendo, pero él realmente quería que el goleador correspondiera sus sentimientos.
Llevándose la vela a su cuarto para que nadie la viera, dió por finalizado el amarre y se acostó a dormir, anhelando que al levantarse Alejo lo quisiera de la misma manera que él lo hacía.
Los rayos de sol asomaban por la ventana, iluminando el rostro del marplatense haciendo que poco a poco comenzará a despertar, el muchacho se levantó con pesar y se cambió, para luego bajar a desayunar, se había olvidado de lo que había hecho la noche anterior, por ello lo sorprendió el hecho de que Alejo se acercara sonriendo y lo besara en los labios, bajo la atenta y sorprendida mirada de sus compañeros.
"-¿Que miran? ¿Acaso no puedo besar a mi novio?-" Se defendió Alejo provocando aún mas sorpresa en sus amigos e incluso en el mismo Matías.
Acto seguido el 9 tomó a su "novio" del brazo y lo sacó al patio del hotel, dónde un mate los esperaba, Alejo se sentó en el sofá e hizo que el mayor se sentara sobre sus piernas para poder acariciar su cintura y dejar algunos besitos en sus cachetes.
Matías se sentía en un sueño, pero la culpa lo carcomía por dentro, Alejo actuaba así porque él habia hecho brujería, había caido bajo.
Con pesar suspiró y quitó la mano del chico de su cintura.
"-Ale no te puedo hacer esto-" Susurró con claro arrepentimiento en su voz, para mirarlo y continuar hablando.
"-Vos no haces esto porque me queres, me duele decirlo y realmente desearía que esto fuera realidad, pero te hice un amarre y estás asi por mi culpa, entiendo si me empezas a odiar, enserio te pido perdón-" Replicó bajando su mirada esperando asco y enojo en el menor.
Contrario a todo lo que Matias pensaba, sintió una suave caricia en sus mejillas y unos dedos que tomaban su mentón y lo obligaban a levantar la vista, al mirar se encontró con que estaba sonriendo casi riendo.
"-Dejame decirte que te estafaron y el amarre de anoche no te funcionó, capaz hiciste uno antes y ese si salió bien, llevo meses enamorado de vos, suspirando con cada acción tuya y anhelando que mis sentimientos sean correspondidos. Ayer bajé a buscar agua y te escuché, y al saber que sentías lo mismo que yo no dude en actuar-"
Matias se sorprendía con cada palabra que salía de la boca de Alejo, y lo hizo aún más cuando sintió unos suaves labios unirse a los suyos, sin dudar se abrazó al cuello del menor y correspondió el beso, tratando de hacerle llegar cada uno de sus sentimientos. La lengua de Alejo se hizo paso entre sus labios iniciando una guerra contra su lengua y decidió acomodarse mejor sobre las piernas del chico.
Escuchó un carraspeó que lo obligó a separarse de aquellos dulces labios y al girar, para buscar la causa del sonido, se encontró con un serio Valentín, que sin tapujos le dijo.
"-Me alegra que te haya funcionado el embrujo, pero hay que ir a entranar, asique move el orto pero no arriba de Veliz-"
Y sin más se fue, dejando a un sonrojado Matias y un sonriente Alejo, felices de que sus sentimientos sean correspondidos.
Aclaro que no sé hacer amarres, no intenten lo que leen acá ahre