Capítulo 19

6.4K 236 47
                                    

Perspectiva de Marina

Canción: Dark Horse, Katy Perry, Juicy J.


          Me despierto con una placentera sensación de calidez en cada parte de mi cuerpo, el calor que me envuelve es muy reconfortable. Abro mis ojos y noto que estoy recostada sobre Egan. Mi primer instinto es apartarme, pero luego recuerdo todo lo sucedido el día de ayer. Recuerdo mi conversación con Pía y el cómo ahora debo fingir más cercanía con este demonio. Necesito distraerlo para que ella pueda averiguar toda la información que necesita.

          También lo recuerdo a él cocinando, jugando conmigo, enseñándome sus hermosas obras de arte e incluso cuidándome.

          «Es tan raro...»

          Me alzo un poco para detallar su rostro. Estando profundamente dormido no me parece aterrador. Tiene el cabello suelto y algo enmarañado y en un acto reflejo, alzo mis manos para acomodarme el mío, rememorando cuando él lo cepilló y secó con mucha delicadeza.

          La verdad es que no logro descifrar a esta persona, ha sido extremadamente violento conmigo, sin importarle mi bienestar, pero a la vez, ha tenido acciones y actitudes cariñosas. Me carcome el cerebro el intentar comprender qué es lo que realmente quiere de mí.

           «¿Qué tipo de juego es este?»

          Mis ojos comienzan a recorrer sus labios, los cuales se ven tan suaves y adorables con ese tono rosado. Quiero tocarlos... 

          —Me voy a gastar si me sigues mirando así— habla con sus ojos cerrados.

          Entro en pánico y le doy un ligero golpe en la frente con la palma de mi mano. Inmediatamente abre sus ojos y me mira con el ceño fruncido.

          —Lo siento, tenías una araña— miento soltando una pequeña risa.

          —Si claro. —Acaricia su frente—. Veo que te sientes mejor. — Me observa con ternura y acerca su mano hacia mi rostro.

          Su acción me alerta y retrocedo de un salto.

          —Sí, ya me siento mejor — afirmo nerviosa, sentándome en la cama.

          —Me alegra. Te dejo seguir descansando, yo me iré a mi habitación, debo prepararme para ir a la oficina —anuncia levantándose de la cama.

          Sus palabras me espabilan. Se supone que hoy debo impedir que salga de la casa.

          —Aguarda — digo cogiendo su brazo.

          Espero a que mágicamente se me ocurra algo que decir, pero nada sale de mi boca, tengo la mente en blanco.

          —¿Sí? —pregunta con sus ojos sobre mi agarre. 

          —No vayas hoy, no.... no me dejes sola. — Bajo mi cabeza,  incapaz de verlo directamente. 

          —Volveré en la tarde. Lo siento, pero hoy tengo unas reuniones importantes.

         —Pero...— Mis dedos se aflojan y lo liberan. 

         —¿Pero?

          «Joder, no es tan difícil. ¡Inventa algo y dile que se quede!»

          —Estarás bien aquí con Ana, ella te cuidará. —Comienza a caminar hacia la puerta.

           De un salto bajo de la cama y me interpongo en su camino, colocándome frente a su cuerpo.

El Demonio que OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora