Perspectiva de Marina
Canción: E.T, Katy Perry.
Estoy muy cómoda, mi cuerpo se siente genial.
«Que sensación...»
Todas mis alarmas se activan al percatarme que estoy rodeada por unos brazos. Asustada, abro mis ojos y me aparto cayéndome de la cama.
—¿Marina? pero ¿qué haces? —pregunta Egan divertido.
Los flashes de la noche anterior pasan ante mis ojos. Egan confesando que le gusto, la intensidad en su mirada mientras bailaba, ambos envueltos en sudor sobre la cama y luego una conversación en la cual me sentí tan cómoda que confesé cosas que ni yo misma sabía que sentía y pensaba.
—Me caí — digo cubriendo mi cuerpo con una frazada.
—Si me di cuenta— comenta riendo.
Me extiende su mano para que pueda volver a la cama.
El día de ayer pasaron muchas cosas, demasiadas para procesarlas. Aún quedan rastros del escalofrío que me recorrió el cuerpo cuando lo oí decirme que no podía sacarme de su cabeza, cuando me dijo que me necesitaba y que yo era el amarillo en todos sus cuadros. Nunca había experimentado algo tan poderoso.
Quizás debería darme repulsión su confesión, pero la verdad es que me gustó. Me gusta cuando me gruñe al oído diciéndome que soy suya.
—¿Qué quieres hacer hoy? — pregunta abrazándome cuando vuelvo a recostarme.
—¿Podemos salir? — Estoy deseosa por salir de esta casa.
—¿A dónde quieres ir?
—A la playa, quiero bañarme en el mar.
—Mmm... es un poco lejos, pero podemos ir. Tengo una casa en la costa.
—¡Genial! Podemos decirle a Felipe, Hiroki, Alex y a tu hermana que nos acompañen. Siempre es mejor cuando se va acompañado a la playa.
—Supongo... aunque me gustaría tenerte solo para mí. —Me abraza con fuerza entre sus brazos.
—Vamos, ¡avísales! Me iré a bañar. —Separo sus brazos de mi cuerpo.
—Está bien, les preguntaré si quieren acompañarnos. Espérame en la ducha.
Me levanto feliz de saber que podré ver el mar. Estoy acostumbrada al sonido del oleaje y al olor del océano. En definitiva, esa mi terapia favorita.
En el baño programo la temperatura del agua y dejo que mi cuerpo sea masajeado por esta. A los pocos segundos Egan entra y se posiciona a mi espalda. Comienza a besar mi piel dejándome perdida en el placer, hasta que se detiene sobre la marca en mi escapula. Es como si un rayo me atravesara.
«¿Qué te pasa Marina? Este idiota te dice que le gustas, ¿¡una confesión y caes rendida a sus pies!? No seas tonta, él es un demonio. Tú solo finge, que falta poco para ser libre».
—¿Ocurre algo malo? Estás temblando— pregunta girándome para acariciar mi rostro.
«No me mires así, por favor»
—Nada... nada...— niego con mi cabeza.
«Serénate, ¡tú puedes!»
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El Demonio que Odio
Romance"Marina, después de ser secuestrada, solo desea su libertad. Egan, quien ha estado obsesionado con ella durante dos años, la encontrará siendo vendida en el dominio de su peor enemigo. Él estará dispuesto a pagar un alto precio con tal de tenerla". ...