trece.

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Advertencia: contenido +18

☕️

Cuando Yoongi tenía sexo con su ex lo sentía como algo normal, nada le emocionaba podía confesar que solo lo hacía porque tenía que liberar su estrés de su trabajo. Pero desde que conoció a Hoseok y le hizo el amor por primera vez sintió tocar el cielo por primera vez, incluso, ahora, que esta demasiado emocionado porque ha escuchado aquellas palabras de su chico pidiéndole que le vuelva hacer suyo nuevamente. Mirar su cuerpo desnudo lo hacía sentir mil emociones exquisitas, más al sentirlo temblar con cada toque y beso que le da, su melodiosa voz gimiendo su nombre cuando Yoongi toco su miembro comenzándolo a masturbándolo y su lengua está jugando su pezon. Yoongi está en una especie de hechizo adorando cada rincón del cuerpo del castaño, aterriza en su vientre que lame y chupa.

—Me encantas, Hoseok, es como si solo hayas nacido solamente para mí— dijo aún contra su vientre, todo en él se erizó cuando su aliento cálido choca contra su piel.

Le cambia de posición estando boca abajo, el
pelinaranja besa toda su espalda hasta los hombros dejando pequeñas mordidas en ella dejando marcas, su duro pene roza sobre el culo de Hoseok haciéndolo jadear sintiéndolo caliente y muy duro. Baja sus besos hasta su cadera deteniéndose, le indica que incline su culo abriendo las piernas esté obedeciendo con sin decir absolutamente nada, Yoongi relame sus labios mientras sus manos acarician sus mejillas, esta tan excitado y con mucho apetito. Hunde su boca en la entrada de Hoseok chupándolo y penetrandolo con la lengua, el castaño abre los ojos y empuña las manos con fuerza sintiendo la gloria misma.

—¡Mierda, Yoongi!— trató de no gritar pero era casi imposible, escode su rostro entre el colchón mientras el pelinaranja sigue abriendo más sus nalgas y sigue lamiendo y adentrándose con su lengua.

Su cuerpo esta tan extasiado que siente que está apunto de venirse pero trata de controlarse pero Yoongi no está ayudando en nada, se separa con la boca entre abierta observando cómo su precioso esposo está hecho un desastre, sonríe y escupe sobre su entrada para ahora penetrarlo con los dedos, se estira pegando su pecho contra su espalda y con su mano libre retira el cabello que está estorbando su hermosa carita de Hoseok, sin detener sus dedos dando pequeñas embestidas se acerca a su oído. Hoseok está delirando y sosteniéndose para no desmoronarse en ese mismo momento; su boca está entre abierta por los gemidos, sus ojos están cerrados con fuerza, sus mejillas están pintadas en un hermoso color rojizo y pequeñas lágrimas salen por el placer.

Amaba como su esposo poseía su cuerpo.

—Tan delicioso tenías que ser— exclamó Yoongi casi en un susurro pero claro para que Hoseok entendiera—. Me encanta escucharte lloriquear, pequeño.

Vuelve a chupar y morder su hombro remarcando lo que anteriormente había hecho, Hoseok siente que está golpeando aquel punto dulce y trata de detenerlo o en serio explotará y eso no lo quiere, porque lo que desea es que su pene lo haga.

—Detente, Yoongi— ruega—. Necesito que entres en mí, necesito tu pene.

—¿Eso es lo que quieres?

—Por favor— susurró.

Yoongi obedece y saca sus dedos, se reincorpora para alinear su pene en el agujero del menor y entrar, Hoseok se levanta con la ayuda de su esposo para quedar sentado comenzando dando sentones sobre de él, con la ayuda de sus piernas se levanta y deja caer lentamente hasta que apresura sus movimientos sintiendo la punta del miembro de Yoongi golpeando su punto dulce haciéndolo cerrar nuevamente sus ojos y echando su cabeza hacia atrás pegándola con el hombro del pelinaranja. Yoongi está deleitándose con los movimientos de su esposo y lo sostiene de la cadera mientras besa su cuello, esa parte que ama besar.

Besos sabor a café | YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora