seis.

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☕️

—Hoseok, ¿estás prestándome atención?— levanta la mirada algo distraído y niega.

—Lo lamento, señor.

—¿Esta todo bien? haz estado actuando muy raro desde ayer— Toma asiento aún lado de él.

Hoseok no quiere verse tan idiota al decirle que se siente mal por él, que se siente tan poca cosa por la llegada de MiSuk cuando Yoongi ni siquiera siente lo mismo que él. Nuevamente los pensamientos de aquella noche lo ponen incómodo y el arrepentimiento lo ataca. Cierra los ojos para poder mentirle, pero eso para él jamás ha sido su fuerte, odia mentir y odia odiar eso.

—MiSuk llegó cuando estaba presentado la entrevista...— Vuelve a sentir ese nudo en el estómago y se agrada a su pecho—, hizo un escándalo para poder hablar con usted, no le di el acceso y-y, emmh, me pidió que fuera a verla su departamento q-que usted lo sabe.

Se odia tanto ser tan expresivo, se odia por ser tan sensible, se odia por sentir algo fuerte por Yoongi, se odia por haberle accedido a tener relaciones con él, se odia por sentir celos y sentirse insuficiente. Yoongi solo está mirando a un punto fijo sin tener ninguna expresión en su rostro, luego lleva su mirada al rostro rojizo de Hoseok, que está apunto de soltar las lagrimas. Claro que sentía cosas por su asistente, y sabía tan bien que Hoseok sentía lo mismo por él y que le dolía esa visita de esa chica. Su corazón hizo apagar su cerebro, él mismo le estaba exigiendo que le dijera lo que el chico quería escuchar, que le diera a demostrar que ahora sus ojos estaban puestos en él.

No sabía si todo estaba siendo tan rápido pero realmente no le importaba, quería al chico y eso no tenía duda, desde que estuvo con él esa noche le hizo confirmar que no necesitaba a nadie más que a él.

—Pide a los guardias de seguridad que esa chica tiene prohibido el paso, si ella vuelva aparecer deben despojarla inmediatamente.

—Pero...

—. No quiero verla jamás en la vida.

Él asiente y se levanta de la cama para retirarse, Yoongi lo toma de la muñeca jalándolo hacia él tomándolo de su cintura, con una de sus manos lo sujeta de la cabeza para unirse a él con un beso. Hoseok quiere separarse pero algo muy dentro no quiere, y no lo hace. Estaba deseando que lo besara tan tranquilo y suave, se esta desmoronando en los brazos de Yoongi y su corazón late como un tonto. Y lo quiere demasiado, no le importa en absoluto que sea una celebridad, lo quiere por lo que es. Una lágrima se le escapa en medio de el beso y Yoongi lo siente.

—¿Por qué lloras?— susurró cuando se separa del beso, la voz suave que maneja con él es tan acogedora que quiere llorar y llorar sin parar—. No te asustes, yo te quiero a ti.

—Pero MiSuk...

—Ella no me interesa, dejo de ser algo hace bastante tiempo— Lo interrumpe—. Ho, no quiero asustarte, pero, siento amor por ti. No me preguntes cuando fue el día exacto porque ni yo mismo lo sé, solo sé que, te necesito conmigo, quiero tenerte conmigo.

Y no pudo controlarse más y lloro como si fuese un niño pequeño indefenso, Yoongi lo abrazo con mucha fuerza dejando un beso en su cuello cerrando los ojos.

Esa sensación de calma y seguridad volvieron a instalarse en su cuerpo, no había miedos, tampoco inseguridades y eso es lo que Hoseok lo hacía sentir enamorado de Yoongi, quería lo mismo que él así que se iba a arriesgar.

Luego de aquella plática y de haberse confesado ambos de lo que sentían, iniciaron una especie de relación a escondidas, por el momento. Al finalizar su tour, Yoongi cambió por completo su forma de trabajar con Hoseok, ahora podía entrar a su estudio cada vez que él quisiese, y eso mismo hacía tomar asiento sobre sus piernas para besarlo mientras trataba de trabajar en una nueva canción. El café todas las mañanas estaba en aquel escritorio, eso no jamás cambió, lo que sí le fascinaba a Hoseok es que cada vez que lo besaba sus besos sabían a café, eso lo estaba volviendo adictivo. El pelinaranja dejó de ser duro con él a ser una persona más relajada, las órdenes la daban en un tono más suave acompañadas con alguna que otra broma, los del staff lo notaron y se asombraron por el repentino comportamiento de Yoongi.

Estos últimos meses fueron los mejores de su vida, sin embargo, nada iba hacer tan fácil y más cuando casi lo corren de la agencia por unas fotos filtradas, fotos que les tomaron cuando iban al restaurante que frecuentaban por su quito mes de noviazgo.

—¿Puedes explicarme esto, Min?— pregunta el ceo, Yoongi observa las fotos con el ceño fruncido.

Malditos bastardos.

—¿Qué quieres que te explique? creo que es algo muy obvio— Yoongi en ningún momento se sintió intimidado, al contrario, no iba a permitir que hiciera algo en contra de Hoseok.

—Te recuerdo muy bien que está prohibido tener algún romance con algún empleado de esta empresa, y menos que tú tengas algo que ver con tu asistente— el pálido apretó los puños con fuerza al igual que su mandíbula, el enojo cada vez iba en aumento—. Ese chico esta avisado y firmará su renuncia.

—Tú no despides a nadie. Hoseok es mi novio y mi asistente y seguirá trabajando conmigo te guste o no.

—¿Quien te crees tú para darme órdenes a mí?

Yoongi sonríe.

—Soy el que sostiene tu empresa, sin mí no eres nada, ¿o quieres que te lo demuestre yéndome de aquí?— hay un silencio, el ceo se deja caer en la silla giratoria de cuero, Yoongi sigue de pie y toma la perilla de la puerta—. Anula esa carta de despido o la siguiente será la mía.

Todo estaba arreglado, Hoseok seguiría trabajando como sin nada en la empresa, ¿verdad?

Besos sabor a café | YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora