Contar mi historia desde cero es contar solo un año de mi vida. Una araña radioactiva me mordió cuando apenas tenía quince años de edad, pero por una extraña razón mis poderes se manifestaron hasta un medio año después.
Todo era extraño la primera vez con el sentido arácnido, en especial porque no sabía que hacía, solo sentía cosas pero no sabía si era bueno o malo, en ese tiempo solo existía; el columpiarme por los edificios era extraño porque tenía miedo de caer, miedo de que las telarañas dejarán de producirse porque tenía un bloqueos en los que pensaba que moriría, tener más fuerza que un hombre, en mi tierra era motivo de burla y cuando los poderes se manifestaron rompi dos perillas, una puerta y el brazo de Peter.
—Sinag.—El apodo que Pav me había puesto solo porque un rayo de luz me segó una en una pelea.
—¿Qué pasa?
Pavitr se sentó aún lado de mi y en la libreta que tenia en manos observo el dibujo, era un vestido rojo con toques azules, trataba de perfeccionar mi traje, al fin me daba un tiempo para hacerlo.
—¿Es para ti?—Pregunto recargandose en mi hombro.
Pav era como un hermano pequeño para mi, el apenas era parte de la sociedad pero era muy bueno, aprendía rápido, tenía coraje pero no estaba acostumbrado al dolor, eso es claro, nadie está acostumbrado a eso, era un poco temeroso y había veces en las que no reaccionaba tan rápido, para el ser spider-man era fácil, tanto que en cierto punto sentía que lo tomaba como un simple juego, pero no podía hacer nada, más que observarlo siendo feliz, esperando a que le quitaran su bella sonrisa.
—Ajá.—Respondi mientras seguía dibujando y añadiendo un poco de color.
—Sinag.—Levante el mentón en señal de que estaba poniendo atención. —¿Por qué no has cambiado tu traje desde hace tiempo?
Pare de dibujar de forma inmediata y lo mire, el se dejó de recargar en mi hombro.
Sabía que era curioso, pero que hiciera esa pregunta hizo que recordara el porque de tantas cosas que habían pasado en los últimos años. Todo era por Miguel, mi vida, sueños, esperanzas, risas, amor, cualquier cosa era por el, hasta el porque de mi traje o incluso el porque no decía nada sobre mi tierra, no decía nada y no me dejaba visitarla, tenia prohibidovisitar la lugar de donde venía, pero no obtenía un porque.
—Porque a los dieciséis apenas lo estaba diseñando, todavia no tengo mi desarrollo de personaje.
Comencé a reír y después el me siguió. Era gracioso, claro que lo era, pero no tanto, en verdad me estaba tardando demasiado en hacerlo, claro que tenia tiempo libre, pero por alguna razón no me gustaba dibujarlo, prefería el viejo traje, era práctico, una simple falda con una camisa pegada de botones, podía estar por la calle con el y nadie iba a saber que era yo, porque la gente era estúpida, pero ahora tener uno que en verdad me representará como spider-woman me haría feliz, porque era para poder terminar de ser parte de ellos.
Dibujar en la tierra de Pavitr era tranquilo, apesar de todo el tráfico, era bonito el amanecer, el atardecer y el anochecer, todo en esa tierra era tranquilo, ni siquiera parecía que necesitará de una spider-man, pero era verdad que llevaba tres meses siendo parte de esto, claro que no sería todo tan rápido, no tan rápido como lo que me sucedió a mí.
A los quince después de que mis poderes se manifestaron mataron a mi familia, fui a vivir con el enemigo, Harry me ofreció vivir con el y yo era feliz, pero cuando me enteré que su padre, el duende verde fue quien mató a mis padres, no tuve compasión. Cuando entre a la habitación en la que guardaba todas sus malditas estupideces de villano, tomé una cuchilla y con fuerza la enterre en la espalda de Norman, cuando el volteo fue cuando mi sentido arácnido me aviso que me enfrentaría al duende verde; el su mano sostenía una bomba, cuando la mire lo único que esperaba era que explotara en su mano, pero no sucedió.
—¿Sabes que pasó con Hobbie?—Pav me miro y luego tapo su boca.
—Ahora vas a hablar.
—No Sinag, no es nada.—Estaba nervioso era obvio que intentaba ocultar algo.
—Pavitr Prabhakar, habla.—Deje de dibujar y mi color rojo cayó desde lo más alto del edificio.
El me miro a los ojos y luego se acercó a mi oído, decir su nombre completo con un tono serio siempre funcionaba.
—Ayer mientras caminaba por el cuartel escuche a Lyla decirle a Miguel que Hobbie no tenía la culpa, y bueno ya conoces a Miguel.—Yo asentí mientras miraba al cielo, Pav hablaba bajito en mi oído, ambos sabíamos que nos vigilaban.—Bueno acortando, dijo que tenía prohíbo verte de nuevo, y que si lo intentaba que se olvidará por completo de tu existencia.
Suspiré ondo y no dije nada, estaba enojada, pero sabía que hablar con Miguel era como hablar con un árbol, era firme en sus decisiones pero había veces en las que el llegaba a recaer, era estúpido prohibir cosas, sobre todo eso. Su actitud era infantil, Hobbie era mi amigo, el único que me entendía y ahora sabía que el tenia prohibido verme, de nuevo. Para mí era totalmente ilógico prohibirme cosas, era estúpido, ni siquiera mi propio padre era capaz de hacer eso, porque sabía que estaba mal y sobre todo que no haría caso.
Le di pequeño beso en su frente, Pav me sonrió con los ojos brillantes, era tierno, sabía que el era apenas un niño y era entendible, muchos spiders eran apenas unos niños cuando fueron picados por esa maldita araña radioactiva, muchos perdieron todo a una corta edad, era estúpido como funcionaba el destino, los universos, todo era estúpido.
Todas las tierras eran distintas y eran hermosas a su forma, pero la mía, yo lo amaba, todo en ella era bueno, incluso lo malo era hermoso, mi pueblo en el que vivi por doce años tenia aire fresco, puro, era tranquilo salir al balcón a tomar aire y ver a los niños jugar, ver la televisión era algo extraño, deseaba más dibujar, hacer cómics o diseñar ropa, mis padres eran personas muy religiosas y es el por eso de mi nombre, aunque era extraño que todos dijeran que era el nombre de un hombre y no de una mujer. Cuando mis padres y mi hermano murieron, la primera vez que los visite en el cementerio, deje de sentir tranquilidad, todo me molestaba, en especial los sonidos, cualquier sonido, incluso las voces, suponía que era porque deseaba estar sola tanto física como mentalmente.
Cuando llegue a casa, todo estaba solo, destrozado, mire una foto de ellos en un cuadro y las lágrimas comenzaron a salir, en mis pensamientos sólo estaba la frase <ni siquiera nacieron aquí>
Salí de mis pensamientos, ya había oscurecido en la tierra de Pav, de nuevo no había terminado el diseño de mi traje. Apesar de las horas, Pav me seguía haciendo compañía, era lindo que no me hubiera dejado.
—Ve a casa, tu tía estará preocupada.—Ambos nos levantamos, yo bese de nuevo su frente.
—Adiós Sinag.—Sonrió para después comenzar a columpiarse por todos los edificios, en verdad para el fue muy fácil aprender a hacer eso.
Yo me quede observando hacia donde el iba, el aire de esa tierra era un poco frío, pero no deseaba llegar tan temprano al cuartel, seguramente todavía luz en ese lugar y estaría Miguel, persona a la cual no deseaba ver ni en pintura.
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Kirmizi
FanfictionKirmizi, significa rojo en turco, es curioso, porque ese color representa tantas cosas en esta vida, pero también representa a ese amigable vecino que se columpia entre edificios. Quizá si el deseo que siento por ti se convirtiera en otra cosa sería...