Mancha

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—¿Y cómo lo sabes?— Pregunto Hobbie mirando hacia el horizonte, no me dio tiempo de abrir la boca.—¿Cómo sabes que ya cambió? ¿Qué está vez va a ser diferente? Dime por favor, porque en verdad, no entiendo.

Sus palabras sonaron de una forma bastante extraña dentro de mi ser, su respiración tranquila, incluso eso me daba desconfiaza; esta vez no me miraba a los ojos para decir las palabras que una y otra vez me repetía.

—Por las flores.— Respondi.

—Por las flores.— Repitió y con una sonrisa mientras me miraba.— Estúpida.

Con eso coloco su máscara y se comenzó a columpiar por los edificios, lo miraba irse, un suspiro salió desde lo más fondo de mi ser. Si, quizá estaba acostumbrada a los malos tratos de tanta gente, la forma de hablar de Hobbie era esa, pero que lo dijera con ese tono... era hiriente.

—Estúpida.— Me repetía hasta convencerme de lo que era, que era estúpida, pero ¿Por qué lo era?

Regrese al cuartel tras unos minutos de reflexión, al entrar a la sala principal note la suficiente tensión en el ambiente que ni con tijeras se iba a poder cortar, subí a aquella plataforma mirando las bastantes pantallas flotando con varias imágenes de distintas tierras, las miraba con algo de curiosidad por tratar de ver el porque estaban ahí, pero como siempre no pude entender ni una pizca de nada. Lyla aparecía y desaparecía diciendo un simple hola, mientras monitoriaba cada una de las tierras de una forma algo maniática, más de lo normal.

Una cosa aparecía en la pantalla, era extraño, algo con puntos negros y su fondo blanco, se notaba torpe, incluso cómico al hacer algo. Me incline un poco hacia el frente de la pantalla central entrecerrado los ojos, no notaba algo más; sobre mi cintura sentí unas gruesas manos aplastando el vestido blanco que llevaba puesto, aquella respiración algo agitada golpeaba mi nuca de una forma para nada tranquilizante.

—Una nueva anomalía.—Esa voz era tan reconocible que solo sonreí levemente.—Nada malo, vete y dejame trabajar.

—Am ¿Puedo ayudar?

—No.

Sus manos hicieron que volverá para verlo a los ojos, su expresión, cada parte de él y ahí lo note...

—¿Por qué?— Pregunté mientras colocaba mi mano sobre su mejilla, el tomo mi mano con la suya y fio un beso en la palma de mi mano.

—Porque no quiero que estorbes.

Quite mi mano de su mejilla de forma inmediata para luego mirarlo a los ojos, Miguel soltó mi cintura y me apartó de él, se dirigió a la pantalla mientras continua trabajando, platicaba con Lyla... como siempre eran ellos dos nadie más, y por último estaba yo, Mika, la chica que estaba, que existía, la única mujer que se convertía en una estatua una vez Miguel apartará los ojos de ella.

Miguel me miro una vez termino de hablar con Lyla, yo seguía ahí quieta, simplemente respirando.

—Vete, ve a estorbar a otro lado, amor.— palabras hirientes endulazadas con caramelo.— Ve a leer tus cómics, hazle caso a tu novio.

Hobbie tenía razón.

Miraba a varios lados de la habitación evitando aquellas palabras, pero noe ran mentira, en verdad, de verdad otra vez había comenzado con eso que tanto amaba hacer, eso que tanto quería mantener conmigo; la manipulación porque era lo único en lo que era bueno, lo único que siempre iba a hacer bien, de la forma más espectacular posible que jamás escucharía nadie. De nuevo Hobbie tenía razón en decir que era una estúpida, porque en vez de hacer algo lógico, lo bese, lo bese de una forma tan necesitada que no quería separme de él.

—Si, esta bien, me iré.






































Hola, solo para avisar que este es el final de Kirmizi, pero todos sabemos que el traje de spider-man tiene dos colores.
Gracias por leer kirmizi.
Nos vemos en Mavi.
Los quiere Zack.

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