CLORPROMAZINA

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Había llegado exhausta, las rodillas le dolían como el infierno, tenía los dedos tanto de las manos como los de los pies congelados y la nariz y labios casi pintados en un azul profundo que le helaba cada rincón de su piel expuesta, que pobremente...

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Había llegado exhausta, las rodillas le dolían como el infierno, tenía los dedos tanto de las manos como los de los pies congelados y la nariz y labios casi pintados en un azul profundo que le helaba cada rincón de su piel expuesta, que pobremente era cubierta por su ropa vieja y andrajosa que ya estaba tan rota que apenas cumplía con su función principal, "protegerla"...

De igual forma el olor que desprendía su cuerpo era putrefacto y repulsivo, ¿y como no lo sería? Después de todo había estado los últimos meses escondida entre las alcantarillas cercanas a una casa de un condado abandonado en el que la gente Iocal solía meterse a intentar investigar sobre "las extrañas desapariciones" que dejaban en incógnita a todo el mundo.... Matando y deshuesando de forma cruel a sus víctimas dejando que las ratas se comieran su carne putrefacta mientras ella se limitaba a mirar sin expresiones aparentemente humanas.

Entró a la casa azotando la puerta, se acercaba la peor nevada que abría en años desde la del 003 (2003), y claramente ella no estaba dispuesta a morir de forma tan patética congelada en la nieve con neumonía, no estaba dispuesta a ver como eso ocurría, así que como lo hacía anualmente por estas mismas fechas, regresó a esa enorme y fea cabaña en la que sus compañeros solían "vivir"...

Camino cansada hasta el viejo sillón, en el que se sentó sin prestar mucha atención al muchacho que se encontraba durmiendo justo a su lado recargado en uno de los braceros de este mismo, el viejo mueble rechino de forma incomoda mientras la podrida madera del suelo que los sostenía chillaba quebrándose levemente por el inmenso frio que hacia, la mujer dirigió la mirada por un segundo hacia aquel muchacho antes de suspirar de forma pesada y quitarse la sucia mascara que solo revelo un rostro aun mas sucio, lleno de manchas negras y cafés rojizas, sangre seca para ser mas específicos, tenia la nariz moqueando asquerosamente por el frio y los ojos llenos de lagaña, pero ciertamente no es como que eso importara mucho, aun que si tenia la oportunidad de bañarse lo aria sin dudas.

Escucho al muchacho moverse, parecía casi muerto, era claro que tenia un sueño placido, sueño que ella no tenia planeado interrumpir, o bueno, ese seria su plan de no ser, por el hecho de que básicamente aquel viejo sillón era su cama, ella bien sabia que sus compañeros le habían cedido su viejo colchón a aquel muchacho, entonces que no jodiera y se fuese a dormir a donde le tocaba, se puso de pie causando nuevamente un pequeño chillido en la madera del piso, se acerco hasta estar enfrente de aquel hombre y se dispuso a tocar su hombro para despertarle, pero antes de que eso pasara, pareció que se le regreso la jugada pues hábilmente el muchacho le tomo molestamente de la muñeca.

la chica de inmediato jalo su mano para arrebatarla del agarre, se quedo expectante mirando al muchacho y luego frunció el ceño, de forma agresiva y tal cual perro, enseño sus sucios dientes gruñendo de forma amenazante, _no me toques mocoso-. Tobias frunció el ceño recién despertado, miro a la mujer y simplemente se aparto rodando los ojos, ya la había visto una ves antes, desde lejos claro, pero ahora que tenia la oportunidad de verla de cerca, había llegado a una conclusión MUY importante, era fea, tal ves por la mugre que le llenaba hasta las pestañas, pero de verdad su apariencia era aterradora, y quiero decir, el no era la excepción, pero tal vez su higiene si era mucho mejor que la de aquella mujer... mmm, privilegios de no trabajar en las alcantarillas supongo.

LO QUE QUEDA DE MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora