Beneficios de las viejas leyes

Capítulo 22: Wizengamot

Caminando en un semicírculo en su oficina, ignorado por Fawkes, quien arreglaba sus magníficas plumas de la cola, Dumbledore se quejó en su barba, agitado. ¿Cómo sucedió que todo iba tan mal?

Había rechazado la invitación al gran evento de verano que los Malfoy organizaban cada año en los jardines que rodean Malfoy Manor. Había pensado que conocer a Harry sería contraproducente. Pero nunca habría adivinado qué otras cosas saldrían de este evento.

Girando bruscamente, con su túnica rozando los estantes, el anciano mago marchó en la otra dirección, lanzando una mirada furiosa al Profeta desde esta mañana acostado en su escritorio, entre todos los demás correos que había recibido.

Rita Skeeter siempre había sido un poco liberal en la interpretación de los hechos para conseguir que una gran audiencia leyera sus historias. Y Albus sospechaba que el gran artículo de apertura en la portada de la edición de esta mañana estaba tan firmemente basado en hechos como todos los demás artículos que el reportero había escrito.

Era una historia ridícula. Una mezcla de rumores comenzó el día en que tuvieron que declarar a Tom Marvolo Riddle vivo de nuevo, exonerándolo de todos los crímenes que había cometido, y algunos fragmentos de una conversación que probablemente había estado espiando.

Pero lo peor fue que al público le encantó Rita Skeeter y sus sensacionales artículos. Prácticamente estaban comiendo de su mano, creyendo todo lo que escribió. Habían creído la tontería que había escrito sobre Harry durante el Torneo de los Tres Magos. Creerían lo que ella estaba escribiendo ahora sobre el joven Lord Slytherin.

Ella había hecho la pregunta de si Lord Slytherin era un villano o un erudito trágico. Era ridículo. Pero le hizo darse cuenta de que no podría trabajar al aire libre. No, no podía ser visto trabajando contra Lord Slytherin. Fue el campeón de la Luz, el hombre que concedió segundas oportunidades. Y se le estaba acabando el tiempo.

Necesitaba comenzar ahora. Había esperado poder obtener más información antes de tener que comenzar. Pero parecía que tendría que comenzar a coleccionar ahora. Ya sabía dónde habían vivido los Gaunts, y sospechaba que el anillo que Tom había dejado de usar de repente era uno de sus horrocruxes. Probablemente el segundo que el niño había creado, si asumía que el diario había sido el primero.

Deseaba poder concentrarse en recopilar recuerdos, las personas que sabían algo de valor sobre Tom Marvolo Riddle y lo que había estado haciendo después de que la escuela había comenzado a morir, si es que no estaban ya muertos.

Tirándose en su silla detrás del escritorio, Albus comenzó a rebuscar en su correo. Había llegado a una decisión. Comenzaría a buscar los horrocruxes, tuvo que abandonar su plan ya que era muy improbable que hiciera que Harry cooperara. Suspiró. El niño había crecido sobre él, era una pena que tuviera que morir. Pero tal vez ... dejaría el horrocrux en Harry para el final. Tal vez para entonces habría encontrado una manera de quitárselo al niño sin dañarlo, o Tom habría encontrado una manera.

El viejo rostro se iluminó en una sonrisa, cuando Albus encontró una carta de Alastor. El viejo auror había encontrado el lugar donde Horace se había estado escondiendo. Tal vez tuvo la oportunidad de obtener un poco más de información del viejo profesor de Pociones. Uno nunca debe dejar ir la esperanza.

Un trino de su familiar hizo que el viejo mago levantara la vista para darse cuenta de que era hora de partir para la reunión del Wizengamot.

No hay necesidad de apresurarse, ya que solo asistía como regente para el asiento de Potter. Pero tal vez debería aprovechar la oportunidad para medir la reacción que estaba recibiendo el artículo criticado.

Decidido a sacar lo mejor de esta complicada situación, el director salió de su oficina para caminar hasta el borde de las salas, para poder llegar a Londres.