Días después.
—42 kg, ese es tu peso ideal, debes mantenerlo—dijo Pearl luego de observar el número que indicaba la báscula.
—Lo sé, no te preocupes mamá, no me voy a descuidar en la comida—aseguró Rachel sonriendo, por lo menos ya había cumplido su objetivo, ahora debía comer balanceado para no volver a subir de peso, sin embargo, la pelinegra empezaba a sentirse débil, incluso en los ensayos del recital.
—Eso espero Rachel, no se ha conocido una bailarina de ballet con sobrepeso, no lo olvides—dijo Pearl sonriendo.
Para Rachel todo estaba en un buen momento, en esa semana había tenido intimidad con Dylan dos veces más y los nervios desaparecieron, ahora disfrutaba de esos momentos sin ninguna duda, porque el castaño se esforzaba por tratarla con suma ternura en todo momento, especialmente en ese, sin embargo, incluso él empezó a notar la debilidad de Rachel, y no fue el único, Samuel y Gavin también lo notaron e intentaban convencer a la pelinegra de comer mejor, entendían que debía ser delgada, pero no podía exagerar, y claro, ambos hombres sabían que Grace y Pearl estaban detrás de todo eso, y los reclamos no tardaron en llegar.
—No voy a hablar de estándares de belleza contigo, no tienes buen gusto—dijo Pearl seriamente, mirando a su exesposo, este no dudó en buscar a la madre de su hija para hablar sobre el tema de la alimentación de Rachel, él sabía que terminaría mal, en especial ahora que su hija practicaba sin descanso.
—¿En serio?, ¿Lo dices por ti?—dijo Samuel tranquilamente, pero Pearl frunció el ceño, la mujer le guardaba mucho rencor al padre de su hija, lo culpaba por arruinar su carrera y luego por abandonarla.
—Es mi hija, Samuel; yo sé lo que es mejor para ella, en especial con respecto al ballet—
—También es mi hija, no lo olvides, y ya de por sí haces lo que quieres con ella, no voy a meterme en su carrera, pero me preocupa su salud, ella sigue ese ridículo régimen alimenticio por complacerte—reprochó Samuel ahora con seriedad.
—Ella está bien, no exageres, no fue tanto peso—
—Perdió 4 kilos en menos de dos meses, en alguien con su peso no debió ser fácil, hablo en serio Pearl, si mi hija sufre el más mínimo daño tendrás serios problemas conmigo—advirtió Samuel antes de abandonar el jardín de la casa de su hija, porque esa casa era técnicamente de Rachel.
Al mismo tiempo.
—No te preocupes, decidí empezar a usar una inyección anticonceptiva, solo debemos esperar un par de días y no tendrás que usar preservativo—dijo Rachel sonriendo, acariciando el pecho de Dylan, el cual a su vez acariciaba su espalda. Ambos estaban en el apartamento del castaño, desnudos sobre la cama, luego de aprovechar el tiempo que tenían juntos de una manera placentera.
—¿Segura?, es buena idea la inyección, pero no tengo problema en seguir usando preservativo—dijo Dylan, besando el cabello de Rachel, quien sonrió antes de levantar su rostro para mirar al castaño.
—No quiero que uses preservativo, es importante para mí en cierto aspecto—dijo Rachel suavemente, y Dylan parecía tener una idea de lo que pensaba la pelinegra, así que asintió.
—Tú mandas, haré lo que me pidas—dijo Dylan sonriendo, y ante eso, Rachel rió con emoción antes de abrazarlo con fuerza.
—Te he extrañado mucho, solo nos vimos tres veces esta semana—dijo Rachel, besando la mejilla de Dylan.
—Lo sé, pero tú me pediste que fuéramos más discretos—dijo Dylan sonriendo antes de abrazar a la pelinegra con fuerza.
—Pero eso no significa que no te extrañe—se defendió Rachel.
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What Hides My Hearth 🥊🩰
RomanceDylan Sykes lo tenía todo: talento, fama, y un título de campeón invicto del mundo en el boxeo. Su fuerza en el ring era tan imparable como la determinación de su padre, Dominic, quien había trazado cada paso de su vida. Dominic, un exboxeador con u...