Capítulo 18. Más allá de los límites

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—¿Cómo sigue Rachel?—preguntó Damian, caminando junto a Dylan rumbo al pequeño café donde se reunirían con Carter.

—Mejor, aunque se ve deprimida ¿Y como no?, no entiendo por qué su propia madre le haría eso, porque es obvio que ella intervino para que la despidieran—dijo Dylan suspirando, Rachel intentó mostrarse positiva, pero se notaba que le afectó la decisión de Everly, y ni se diga la reacción de Samuel, el cual prometió buscar la forma de hacer que Pearl pagara, pero la misma Rachel le pidió que dejaran el tema, no quería causar una pelea mayor entre sus padres, aun así, la pelinegra salió a desayunar con Tyler y las chicas, necesitaba despejarse.

—Yo tampoco Dylan, los padres se equivocan, aunque me parece que la señora Harris tiene cierto resentimiento contra su hija—

—La culpa de todo, por acabar con su carrera, con su matrimonio, supuestamente con su "tranquilidad", es una loca—dijo Dylan entrando al café seguido de Damian, era un lugar muy bonito, parecía rústico y muy cuidado.

—Lo importante es que Rachel esté bien, tiene talento, no debe renunciar a su carrera ante la primera dificultad—dijo Damian antes de tomar asiento en una de las mesas junto a la ventana.

—Pensaremos qué hacer, ella no va a renunciar—aseguró Dylan, y tenía la intención de sentarse, pero un hombre se acercó y lo tomó del brazo para girarlo.

—Por Dios, el parecido es indiscutible, eres igual a Dominic—dijo el hombre sonriendo.

—Dylan, él es Carter Adams; Carter, ya lo conoces—dijo Damian sonriendo, hace mucho tiempo no veía al hombre, y parecía seguir siendo el mismo.

—Claro que sí, campeón invicto, un gran triunfo muchacho—Dylan detalló al hombre un momento, era moreno, pero su cabello y su barba eran blancas debido a la edad, era delgado, alto, y tenía un par de arrugas, pero los años no pasan solos.

—Es un placer, pero ahora que escucho tu voz, siento un déjà vu—dijo Dylan sorprendido.

—Te conocí desde que naciste, y bueno, la última vez que te vi tenías unos 7 años, medías medio metro, es impresionante verte ahora—dijo Carter, tomando asiento frente a Dylan, dejando a Damian en medio de ambos.

—Muchos años de por medio—dijo Dylan tranquilamente.

—Es cierto, aun así, me alegra verte—dijo Carter organizando su servilleta con mucha clase.

—Bueno Carter, ya sabes la situación...—empezó Damian para direccionar la conversación.

—Claro que sí, esa última pelea fue increíble—

—¿Increíble?, quedé inconsciente—dijo Dylan confundido.

—Sostuviste 10 asaltos estando fatigado, eso no lo hace cualquiera, la fatiga no te la causó en sí la pelea, eso se notó—dijo Carter revisando la carta.

—¿Cómo lo notaste?—preguntó Dylan, aún confundido.

—Movimientos lentos, pasabas tus manos por tu rostro en varias ocasiones, movías demasiado tu cuello, parecías respirar profundamente sin haber iniciado la pelea, claro signo de mareo; pero sobre todo, tú tienes una imponencia que se nota desde que sales del túnel, en cada pelea, una de tus habilidades es generar nerviosismo al otro boxeador, pero en esta pelea, eras tú quién estaba nervioso porque no te sentías bien, insisto, claro signo de fatiga—dijo Carter tranquilamente, y Dylan miró a Damian sorprendido, pero el hombre sonrió tipo "te dije".

—Estuve investigando, eras muy bueno—

—Gracias muchacho, aunque eso fue hace un siglo, el deporte ha cambiado muchísimo, pero con él, hay mejores boxeadores, no dudo que seas el mejor del mundo, esa última pelea fue desastrosa por culpa de tu papá, Dominic no ha cambiado—

What Hides My Hearth 🥊🩰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora